United States or Nicaragua ? Vote for the TOP Country of the Week !


Iba Zoraida, en tanto que se navegaba, puesta la cabeza entre mis manos, por no ver a su padre, y sentía yo que iba llamando a Lela Marién que nos ayudase.

Le pidió abuelita que tomara el te con ella, agregó Zoraida, y allí está Laura también. ¿Te has fijado, Camucha, con qué atención le escucha Laura, cuando él habla?... Es una suerte. Así, poco a poco, me irá perdonando... No, ella no se olvida de José Luis, ella piensa que José Luis hubiera sido el amor de su vida, repuso Carmen. No te puede perdonar.

Nuestro renegado tomó el cofre de las riquezas de Zoraida, y dio con él en la mar, sin que ninguno echase de ver en lo que hacía.

Verdad es que hubo de pagar á las preocupaciones generales de su tiempo el tributo correspondiente, al considerar como requisito indispensable de toda composición trágica la unidad y el enlace íntimo de su forma; pero el arte era para él un objeto sagrado, y escribía con toda su alma, con su corazón y su sentimiento, no sólo con su razón, logrando así imprimir en sus tragedias Idomeneo, Zoraida, La condesa de Castilla y Pitaco una animación poética íntima, que tan de menos se echa en la mayor parte de los ensayos de los españoles en el mismo género dramático: sobresalen, en efecto, las obras suyas mencionadas por la nobleza de sus ideas, por su colorido y vuelo poéticos, por la ardiente pintura de los afectos, por la nobleza de los caracteres y por la artística agrupación de los mismos.

Todos se abrazaron y quedaron de darse noticia de sus sucesos, diciendo don Fernando al cura dónde había de escribirle para avisarle en lo que paraba don Quijote, asegurándole que no habría cosa que más gusto le diese que saberlo; y que él, asimesmo, le avisaría de todo aquello que él viese que podría darle gusto, así de su casamiento como del bautismo de Zoraida, y suceso de don Luis, y vuelta de Luscinda a su casa.

Adriana sonrió vagamente, para que no sospecharan el tumulto de su alma. ¿Era posible que sólo al oír pronunciar su nombre se conmoviera así? Carmen interrumpió a Zoraida. ¿Que sólo se interesa Julio por las cosas ideales? no puedes saberlo; ya tendrá él sus cosas materiales también, y en el amor, sobre todo. Porque todos los hombres... Enrojeció vivamente y miró a Zoraida confusa y sonriendo.

Una aprensión invencible la había imposibilitado para llevar la conversación al recuerdo de su padre. Como la irritara su propia falta de audacia y excitada por la violenta curiosidad, se decidió al fin: Ustedes trataron mucho a papá... Y miró a Zoraida, la mayor, con expresión de tímida simpatía. No parecieron en manera alguna sorprenderse.

Al fin Laura se resignó a todas las condiciones, pero comprendiendo que iban a sobrevenir disgustos y que él se sentiría lastimado por la desconfianza de Zoraida. A la estancia fui yo también, naturalmente.

Entonces Zoraida o Carmen, con cierta suave violencia, se lo quitaban. ¿Por qué? les preguntaba sorprendida. Ellas callaban, mirándose. Zoraida, que era música, solía sentarse al piano y ejecutaba con maestría motivos de Chopin o de Beethoven. A veces lo hacía como jugando, interrumpiéndose a cada rato por seguir la conversación de sus hermanas.

Nadie sospecha la pasión que con tanto cuidado procuro ocultar, esta pasión que no me conocen Camucha ni Zoraida; y si, por desgracia, la sospecha influye para que dejes pasar tantos días sin venir, quiero hacer a toda costa que ella desaparezca de tu espíritu. Diré a Camucha que te escriba y cuando estés aquí hallaré la manera de persuadirte.