United States or Laos ? Vote for the TOP Country of the Week !


Quedó revuelta la gente en la plazoleta, rodaron las mesas, enarboláronse varas y garrotes, poniéndose cada uno en guardia contra el vecino, por lo que pudiera ocurrir; y mientras tanto, el causante de toda la zambra, Batiste, permanecía inmóvil, con los brazos caídos, empuñando todavía el taburete con manchas de sangre, asustado de lo que acababa de hacer.

El poder, el poder te da su imperio, que el rendir feudo al misterio del placer no es mengua ni vituperio. Por tu amor, por tu amor ya arde la Alhambra, rejas torres, Vivarrambra, el fulgor de cañas, juegos y zambra.

Como quiera que fuese, creció la zambra, enronqueciéronse las voces, alzáronse los palos, y no se sabe en qué hubiera parado aquella nueva discordia de Agramante, a no haberse aparecido en medio de la confusión la divina Astrea, disfrazada en figura de alcalde, que el mismo Diablo no la conociera, con medio pino en la mano en vez de balanza, y sin venda, porque es sabido, que el que no ve con los ojos abiertos, excusa tapárselos para no ver, y a su decisión prometieron resignarse todos.

El humo, el fuego, los gritos, el estrago y el tropel, el polvo que en remolinos levantan los fuertes piés, hacen una zambra horrible en que danza Lucifer, y ni ceden los cristianos ni el moro piensa en ceder, que todos de la victoria buscan el noble laurel.

Era antes de la Revolución; mandaba González Bravo; los buenos tiempos; por poco que alzase el gallo un enemigo del orden y las sanas creencias, iba en cuerda camino de Fernando Póo. Y sin embargo, ¡floja zambra armó aquel hombre! se plantó en la iglesia, donde no había entrado nunca, empeñado en que bautizasen a la pequeña a su gusto.

Eso de las luces, yo no las he visto; pero que resonaron unas voces tan tremebundas que casi casi me habrian metido el miedo en el cuerpo, es positivo. Veremos si la zambra se repite: yo me temo que se nos ha querido jugar una treta.

El mancebo, venciendo por su riqueza a cuantos le rodeaban, sobresalía por su gentil estatura, descollando sobre los más aventajados en todo lo alto de la cabeza. A este propósito llegaba nuestro estropeado a la puerta, y allí encontró dos castellanos que así hablaban: No hay duda, amigo Juan, sino que esta zambra tiene más apariencia que lo usual y ordinario.

Aceptaba aquella amabilidad como moneda de buena ley. A los pocos minutos de conversación ya se creía otra vez dueño del corazón de la hermosa y se mecía en un océano de risueñas ilusiones. Seguía la zambra en el aposento. Mercedes la Cardenala bailaba con Gregorio, su futuro cuñado.

Si el cura ocupa al zapatero o a otro, y está mal con el administrador, si éste lo sabe, inmediatamente lo despacha a los trabajos de comunidad, para que retarde o no haga la obra; luego lo sabe el cura, y está armada la zambra, y de todas las resultas las paga el indio o los indios, a los que se persiguen porque otros los protegen.

Mal puede ser otra cosa, cuando casi todos los grandes señores de Inglaterra y Gascuña están aposentados detrás de esos muros y el que más y el que menos quiere que el clarín á su servicio se oiga tanto y tan frecuentemente como el de su vecino. Á fe mía que me recuerdan un campamento escocés por la zambra que arman éstos con sus gaitas.