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Así encontraremos el hogar propio más agradable que los salones y las tertulias. Fidias, que además de un escultor excelso, era un espíritu filosófico, hizo una vez la estatua de Venus sobre una tortuga, queriendo indicar a las mujeres de su pueblo que debían ser lentas para salir de casa.

Si imaginamos vivos, y no de mármol, sino de carne, á la Venus y al Apolo, hombres y mujeres los contemplarán con pasmo y se podrán enamorar de ellos; pero sería grosero no ver en tanta animada hermosura sino un instrumento de material deleite.

Para el salón de los espejos del Alcázar pintó Venus y Adonis, Psiquis y Cupido, Apolo desollando a un sátiro y Mercurio y Argos, de los cuales sólo el último se salvó del incendio de 1734.

¡Salve, oh reina de encantos, Filipinas querida, resplandeciente Venus, tierra amada y sin par: región de luz, colores, poesía, fragancias, vida, región de ricos frutos y de armonías, mecida por la brisa y los dulces murmullos de la mar!

El argumento, la transformación de Dafne en laurel, la victoria de Apolo contra la serpiente Python y su disputa con Cupido, dimana de las Metamorfosis, de Ovidio, I, 438 y siguientes. A la conclusión se ofrece el laurel al Rey. La púrpura de la rosa. Desenvuelve el bello mito de Venus y de Adonis, con arreglo á las Metamorfosis, de Ovidio, X, 503, exornándolo con gracia.

Cipriano y Lactancio acusan á los mismos de enseñar el adulterio y la lujuria ; Tertuliano llama á los teatros templos de Venus y de Baco, escuela de inmoralidad y de deleite , y Crisóstomo pinta con colores no menos sombríos las compañías de actores de su tiempo.

Al subir los escalones del peristilo del museo del Louvre y descubrir al final de larga sala, arrimada a un cortinaje rojo, sola sobre su pedestal la célebre Venus de Milo, sintiose poseído de una emoción indefinible: las piernas quisieron doblársele, y si no le detuviese el temor al ridículo, hubiera caído de rodillas ante la majestad de la diosa, a semejanza de los marinos griegos, que al arribar a la costa de Milo se apresuraban a rendir adoración a la hermosa Aphrodita.

Busto de la Reina doña Mariana de Austria. Retrato de la Infanta doña Margarita. Museo de Rouen. El Geógrafo. Retrato de Velázquez. Busto de Inocencio X. Busto del Conde-Duque de Olivares. Retrato de Juan Mateos. Busto de un desconocido. Retrato del Duque de Módena. Retrato de joven desconocido. Retrato de la Infanta doña Margarita. La Expulsión de los moriscos. Venus y Adonis. Psiquis y Cupido.

Una joven hermosa, una Tusnelda, una Venus, que en su orgullo y desesperación se echa en los brazos de un hombre valiente, corpulento, que frisa ya en los cincuenta años... ¿No hubiera sido una especie de sacrilegio apoderarse de esa felicidad y arrebatarla apresuradamente, como un ladrón? Yolanda le digo; querida niña, ¿se da usted cuenta de lo que está haciendo?

Hazme el favor de no volverme loco, ¿eh?, que para eso bastante tengo con el viento maldito. ¡No quiero oír, no quiero oír más! declaró esto en ocasión que su montecristo se alzaba rápidamente a impulsos de una ráfaga mayor, y se volvía todo hacia arriba, dejando al arcipreste como suelen pintar a Venus en la concha.