United States or South Africa ? Vote for the TOP Country of the Week !


La canoa en que viene gobernaban, Al parecer, dos ninfas de buen trage; En vièndonos á priesa se tornaba: Y désque al Paraná grande llegaron, En medio de un remanso se pararon.

Una ocasión, viéndonos a gran distancia de los señores, nos sentamos al pie de un árbol, uno de los más hermosos de la ribera, cerca del cual se precipita el río a través de tupidos carrizales.

Habiendo descansado como dos horas, poco mas ó menos, seguimos nuestra derrota, y en todo el dia no hallamos agua, por cuyo motivo se nos rindieron algunos caballos, viéndonos precisados á dejarlos y á parar á puestas del sol: habiéndose adelantado los indios en solicitud de agua, no comiendo nada este dia por defecto de leña y agua. Dia 7.

Pues a recoger la bellota profirió rotundamente después de haberse gozado en tenerlos unos instantes suspensos. ¡Celipe, Celipe, no seas burro! exclamó el tío Leandro con acento severo. ¡Anda! replicó Felipe encrespándose . ¡Pues poco que se recreaba el amo el día de San Eugenio viéndonos cargar con los costales llenos y emborrachándonos dimpués!

Tres campanitas colgadas bajo un tinglado de nipa, un centenar de casas tendidas en una colina, media docena de sucios y adormecidos chinos descansando entre los diversos géneros de su especial comercio, tal cual cara bronceada y desaseada asomada á los tapancos viéndonos pasar, con la indiferencia propia de aquella raza, nos indicaron encontrarnos en Quipia. Este pueblo se formó el año 1649.

Don Paco estaba tan fatigado, que no pudiendo dar un paso más, se arrojó al suelo; pero al fin pudimos reanimarle, y firmes en nuestra santa empresa, nos dirigimos al campamento de Vedel, con otro oficio del general Reding. Mas vino la noche, y los centinelas no nos dejaron pasar, viéndonos por esto obligados a diferir nuestra expedición para el día siguiente muy temprano.

serías bebedor á fuer de soldado... no se ha de decir que te he dejado morir de sed, viéndonos vaciar veinte botellas... ¡toma! Y esto diciendo llevóse la copa á los labios, y después de humedecérselos con el licor que contenía, le arrojó el resto á la cara, prorrumpiendo en una carcajada estrepitosa al ver cómo caía el vino sobre la tumba goteando de las barbas de piedra del inmóvil guerrero.

El patrón cambió el rumbo. Estábamos frente á Torresalinas. Todos éramos de aquí y contábamos con los amigos. El cañonero, viéndonos con rumbo á tierra, no disparó más. Nos tenía cogidos, y seguro de su triunfo, ya no extremaba la marcha. La gente que estaba en esta playa no tardó en vernos, y la noticia circuló por todo el pueblo. ¡El Socarrao venía perseguido por un cañonero!

Era inútil resistir en el mar a aquel enemigo que andaba con humo y escupía balas. ¡A tierra, y que fuese lo que Dios quisiera! Estábamos frente a Torresalinas. Todos éramos de aquí y contábamos con los amigos. El cañonero, viéndonos con rumbo a tierra, no disparó más. Nos tenía cogidos, y seguro de su triunfo ya no extremaba la marcha.

Ni había vuelto Chisco, ni por allí había pasado alma viviente que diera cuenta de él ni de los otros. Y a todo esto, mi tío echándole ya en falta y Facia y Tona y yo viéndonos negros para ocultarle la verdad de lo que ocurría, y la nieve espesando, y avanzando las tinieblas de la noche... ¡Dios eterno, qué anhelación la mía!