United States or Bangladesh ? Vote for the TOP Country of the Week !


Entrole en oyendo esto a doña Guiomar otra vez, y con mucho más efecto, su temor a los duendes, y se apresuró a mirar si tenía aún en su seno aquella poderosa e inestimable medalla del familiar de la Inquisición, y hallola; y temió que aquel hombre con quien había hablado, no hubiese sido otra cosa que una imaginación suya, o cosa de encantamiento y hechicería, de la cual se había librado por la virtud de la santa medalla.

¡Juntas! ¡Estaban juntas! ¡Se hablaban, se sonreían, parecían entenderse!... Se le antojaban un símbolo, el símbolo del pacto absurdo entre el deber y el pecado, entre la virtud austera y la pasión seductora... ¡Qué barbaridades pienso esta noche! se decía Bonis ; y se puso a figurarse que aquellas mujeres que hablaban como cotorras, y parecían de acuerdo, y se sonreían, y se entusiasmaban con su diálogo, se estaban diciendo, ¡qué atrocidad!, cosas por el estilo: «, señora, decía Emma en la hipótesis absurda de su marido ; puede usted quererle todo lo que guste; comprendo que usted se haya enamorado de él, y él de usted.

Podia el imperfecto paganismo, vanaglorioso con la virtud privada de Arístides y Caton, satisfacerse con que estos se abstuvieran de los infames juegos de Olimpia y de la diosa Flora; pero el cristianismo no se contenta con la tolerancia del pagano, ni con el olvido del levita, sino que exige la caridad solícita del samaritanoNo era otro en verdad el móvil que impulsaba á los mártires españoles, porque cuanto mas se acercaba el estado musulman á su pleno desenvolvimiento, mayor tenia que resultar el contraste entre las dos religiones tan opuestas en sus principios.

Si atentamente reflexîonamos sobre nuestra flaqueza, que somos inclinados al vicio, y que si podemos con nuestras fuerzas exercitar una, ú otra virtud, es imposible practicarlas todas, entenderémos que la asistencia del Ser supremo nos es necesaria para obrar conforme á sus soberanos ordenamientos.

Cotarelo, por virtud de su severidad histórica, no ha podido menos de dejarse en el tintero, tal vez a pesar suyo.

Despilfarros y vicisitudes lo quisieron así. Poseo, sin embargo, lo suficiente para vivir con holgura en la esfera en que he nacido y me han educado; pero no tengo la virtud del ahorro ni otras virtudes que acrecientan los caudales. Antes, soy un poco abierta de mano, y no peco de previsora.

El candidato de mi tía ejercía sobre ella la influencia de un profeta: no concebía que delante de su figura inspirada y magnífica pudieran levantarse adversarios; mi tía, como he dicho, era de una virtud agria e indomable, pero, cuando se hablaba de su orador y de su poeta, una especie de delirio alarmante la invadía, y si hubiera sido joven y bella y su ídolo le hubiera dado una cita a media noche, habría ido, loca de amor, a rendirse a sus caricias omnipotentes, porque perderse con él no habría sido para ella una falta sino el cumplimiento de un deber inexcusable.

A me dan no poco en que pensar, suscitando en mi espíritu ciertas contradicciones filosóficas o antinomias estético-morales, que no acierto a resolver y que voy a exponer aquí sin rodeos y con franqueza. Con grande entusiasmo pondera Horacio, en su Epístola a los Pisones, la virtud docente de la poesía.

El joven de *, se muestra más cariñoso y solícito que antes; son sus visitas tan frecuentes que temo despierten recelos en la familia; no obstante, cuando creo que sus visitas pueden llamar la atención, le recibo con alguna frialdad; y él, comprendiendo mis indicaciones perfectamente, obra como hombre discreto que es y de virtud irreprochable. ¿Qué es lo que sucederá? ¡cuántos tormentos ocasiona eso de haber dos espíritus distintos en una misma familia, sobre motivos de trascendencia!

Llegaron pobres como las ánimas benditas, y a fuerza de estudio, de virtud, de sobriedad, se convirtieron en los directores de nuestra sociedad naciente, en los escultores de un nuevo pueblo; y luego, ya muertos, fueron, son y serán, por los siglos infinitos, los dioses penates de la patria.