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Si por la propia y paladina confesion del empleado en el ramo de correos resulta que la renta del mismo en Filipinas consiguió ventajas en los años de 1832 á 1836, tendremos justificado el réjimen antiguo y el acierto de la medida de encargar la comision á un oficial de la secretaría de gobierno, elejido con todas las formalidades de la ley, y mantenido despues en ella prévia la censura del señor fiscal de S. M., conformidad con el dictámen del asesor de gobierno, hoy digno diputado á Córtes y en virtud de Real confirmacion; de cuyos antecedentes no se hace mas referencia, porque no lo permiten ciertas consideraciones de reserva, de prudencia y de política, que no habrán podido estar al alcance del censurador.

Jóven, en cuyas manos caiga por casualidad este libro, cree lo que te dice un hombre que tiene ya canas, que comprende algo de los achaques de la vida, algo de los achaques de la mujer, y que sin conocerte, desea verdaderamente tu felicidad, como desea la felicidad de todo el mundo: no te dejes llevar de reflejos que lucen por fuera; no ahogues tu alma, no ahogues tu corazon, no ahogues un deseo que te ha dado el que creó el sol y las estrellas; no ahogues el encanto que te ha dado Dios, el encanto que está en misma, que va contigo; no ahogues esa virtud divina dentro de una hojuela dorada, de un lazo encarnado, de un prisma azul ó verde.

Entre todos los paisanos que frecuentaban la taberna era el único que sabía desprenderse de la apretura de sus silogismos y se escapaba de vez en cuando sin pagar. Tales cualidades le habían hecho digno de respeto para nuestro tabernero. Fijóse la boda para la primavera y Quino en virtud de esto frecuentaba la casa con toda confianza y aparentaba ser en ella ya un copartícipe de las ganancias.

-Hermano -dijo don Antonio-, seguid vuestro camino, y no deis consejos a quien no os los pide. El señor don Quijote de la Mancha es muy cuerdo, y nosotros, que le acompañamos, no somos necios; la virtud se ha de honrar dondequiera que se hallare, y andad en hora mala, y no os metáis donde no os llaman.

La más marcada era la de las novedades, la de la influencia de la fabricación francesa y belga, en virtud de aquella ley de los grises del Norte, invadiendo, conquistando y anulando nuestro ser colorista y romancesco. El vestir se anticipaba al pensar y cuando aún los versos no habían sido desterrados por la prosa, ya la lana había hecho trizas a la seda.

Los sueños más dorados fueron a sentarse a su cabecera. Soñó que era a la vez rico y honrado y que la Academia francesa le concedía un premio a la virtud de cincuenta mil francos de renta. El lunes por la tarde recibió una carta, levantó su destierro y se presentó el martes por la mañana en casa de la señora Chermidy.

¡Y es tan positivista el siglo <sc>xix</sc>! En otros tiempos la hermosura y la virtud podrán haber sido un magnífico dote: hoy el dote está sobre la virtud y sobre la hermosura: los viejos son los únicos que se casan con las mujeres jóvenes, honradas y bonitas. El siglo <sc>xix</sc>, bajo cualquiera faz que se le mire, es el siglo de la sangre y del lodo. El siglo de la compraventa.

Los punteados románticos del arpa tuvieron la virtud de crispar los nervios de Rosalindo, agriándole la bebida que llevaba en el cuerpo.

La República de Ginebra, que durante siglos estuvo reducida á la ciudad de ese nombre, se acrecentó en 1816, á virtud de los tratados de Viena y Paris que le anexaron quince distritos saboyardos y seis franceses. La sola capital contiene 41,415 habitantes, que hacen de Ginebra la primera ciudad de la Confederacion.

Al fin del auer costumbre de escupir en la cara al que le toma el mal de gota coral por remedio. Quienes tengan esta virtud ó no, aueriguenlo los ordinarios, porque muchos de los que se dizen ser saludadores, son embaydores y gente perdida».