United States or Anguilla ? Vote for the TOP Country of the Week !


Vengo á veros para que me saquéis de un apuro dijo don Juan. Tomó el rostro de la vieja la expresión de una innoble reserva, y contestó con voz compungida: ¡Jesús, señor! ¡apuros tenéis apenas entrado en Madrid! ¡y venís á que yo os saque de ellos! ¡si yo supiera quién quería sacarme de los míos! Mi apuro consiste en que, como soy nuevo en la corte, no dónde podré empeñar una rica alhaja.

El abate Constantín se preparaba a tomar el camino de Longueval; pero Pablo al verlo pronto a partir, exclamó: ¡Oh! no, señor cura, no haréis a pie por segunda vez, con semejante calor, la travesía hasta Longueval; permitidme que os lleve en carruaje. Siento mucho veros tan triste, y procuraré distraeros. ¡Oh, por más santo que seáis, algunas veces os hago reír con mis locuras!

Con esto me ha escrito el Duque, 2215 Por el mismo parentesco, Alcance el perdón del Rey; Lo que hoy, Señora, se ha hecho. Mándame también buscalla, Si entre tantos extranjeros 2220 Alguna nueva se hallase, Siendo esta corte su centro. Mirad si estoy disculpado; Y porque me voy con esto, Vendré, Señora, á la noche, 2225 Si me dais licencia, á veros. DO

¡Adiós, doña Catalina! mañana iré á veros... si no me encierran. ¡Adiós! ¡Adiós! ¡Oh, Dios mío! murmuró la condesa alejándose entre las tinieblas , creo que no me pesa de haberle encontrado. ¿Amaré yo á Quevedo? Entre tanto, Quevedo, adelantando en dirección opuesta, murmuraba: Capítulo VI. De cómo no hay virtud estando obscuro.

En amando, para Son los engaños notorios. 640 ¿Amor se funda en engaños? Primero que el amor fueron; Pues desde que ellos nacieron, El mundo cuenta sus daños. Si yo, Señora, creyera 645 Cobrar la deuda de vos, Sin conocernos los dos, Por otro estilo pudiera. No vengo sino á ofreceros Cuanto tengo y cuanto soy, 650 Con que pagado me voy, Y aun deudor de solo veros.

No, no negáis... Será bien que vayáis vos en persona: en vez de negar, afectaréis como que la hacéis una gran confianza, y la diréis: su majestad es muy grave, muy cuidadoso de su decoro; su majestad no quiere que nadie, ni vos misma, sepáis que os ama... que os visita... Su majestad vendrá á veros, y le recibiréis sin luz: debéis ser muy prudente, y en las visitas que su majestad os haga, no indicar ni por asomo que le conocéis.

Yo, antes de veros, era ese náufrago; el mundo, el mar tempestuoso en que flotaba á la ventura el esquife, que me sostenía, mi ingenio como cómica, mi belleza como mujer; el día en que una enfermedad me imposibilitase para la escena, ó los años destruyesen mi hermosura, estaba previsto por ; un hospital era mi destino, sin parientes que me amparasen, sin hijos que cuidasen mi ancianidad; no había amado nunca; no creía en el amor: pero os vi; vos habéis sido para la ribera encantada donde pude encontrar la felicidad, el porvenir, acaso la familia, y el mundo, el mundo irritado me ha apartado de vos... bebamos al menos, don Juan, bebamos.

EL ALCAIDE DE LA CÁRCEL, con barba y bastón. Una mujer está aquí Que quiere hablaros. Dejadme, 300 Fulgencio, si sois servido. Á veros vendré á la tarde. Llegó á la puerta cubierta; Pedíle que se destape, Y dijo que no quería. 305 Parecióme de buen talle Y cosa segura; en fin, Gustó de que la acompañe Á vuestro aposento.

Tanto interés tiene me replicó en que vos no sepáis quién es, que desea veros misteriosamente. Explicáos. La alta persona que me envía dijo el cocinero dando vueltas á su gorra, porque sin duda hallaba gran dificultad en cumplir con su mensaje , quiere... pues... quiere que le recibáis sin luz.

Este pensamiento le causó tal alborozo, que se puso a reír como si le hicieran cosquillas. Estáis alegre, sobrino le observó doña Inés. ¿Cómo podría yo estar a vuestro lado, mi tía, sino contento con la felicidad de veros? El gascón, que había oído muy bien, intervino: ¿Qué decís?... ¡Más despacio, jovenzuelos!