United States or Guyana ? Vote for the TOP Country of the Week !


Porque fue muy bella y quisiera que ustedes la hubieran visto conmigo. ¿O tenía el cielo balcones y los seres que me son queridos estaban asomados a uno de ellos? A la mañana veníamos, aun los pocos de la expedición de Baracoa, los seis y los que se nos fueron uniendo, revueltos por el monte de espinas y con la mano al arma, esperando por cada vereda al enemigo.

Y era que hurtábamos niños, cada día, entre los dos, cuatro o cinco; pregonábanlos, y salíamos nosotros a preguntar las señas, y decíamos: «Por cierto, señor, que le topé a tal hora, y que si no llego, que le mata un carro; en casa está». Dábannos el hallazgo, y veníamos a enriquecer de manera que me hallé yo con cincuenta escudos, y ya sano de las piernas, aunque las traía entrapajadas.

Pues una de dos: o estás equivocado, y no hay nada de lo que sospechas, o Tirso tiene la culpa; y en este caso, no cabe duda, en mi casa va a haber más guerra civil que en el Norte. Mucho lo temo; y respecto a lo que veníamos hablando, creo que Leo no está ya por . Vamos con tiento. ¿Tienes algún lío, algún trapicheo que sabido por ella la haya enojado? No: palabra de honor.

»Habíanse puesto a bordo del bajel a preguntarnos quién éramos, y adónde navegábamos, y de dónde veníamos; pero, por preguntarnos esto en lengua francesa, dijo nuestro renegado: ''Ninguno responda; porque éstos, sin duda, son cosarios franceses, que hacen a toda ropa''. Por este advertimiento, ninguno respondió palabra; y, habiendo pasado un poco delante, que ya el bajel quedaba sotavento, de improviso soltaron dos piezas de artillería, y, a lo que parecía, ambas venían con cadenas, porque con una cortaron nuestro árbol por medio, y dieron con él y con la vela en la mar; y al momento, disparando otra pieza, vino a dar la bala en mitad de nuestra barca, de modo que la abrió toda, sin hacer otro mal alguno; pero, como nosotros nos vimos ir a fondo, comenzamos todos a grandes voces a pedir socorro y a rogar a los del bajel que nos acogiesen, porque nos anegábamos.

Al llegar á Málaga nos habían registrado los diminutos equipajes, no obstante que veníamos del interior del pais, y nos hablan hecho exhibir los pasaportes! En eso hay, al ménos aparentemente, mas rigor en España que en Francia.

La doctora maldecía á los italianos pensando en Alemania; yo los maldije pensando en ti, viéndome obligada á seguir á mi amiga, á preparar la fuga en dos horas, por miedo á la indignación del populacho... Mi única satisfacción fué al enterarme de que veníamos á España. La doctora se prometía hacer aquí grandes cosas... Yo pensé que en ningún lugar me era más fácil volver á encontrarte...

Rustán Bajá, yerno del gran Turco y Vicario general suyo, dice una cosa muy acertada, como hombre sabio y valeroso: que los cristianos nos veníamos á perder por querernos sacar los ojos unos á los otros, por rencor y odio particular que tenemos, como hombres de poca fe, y por fiar más en nosotros que en Dios.

¡Estamos en salvo! Gracias a que hemos venido por ahí detrás, que por la carretera ya nos habían atisbao. ¿Cómo tienes las patas? Chico, ahora muy mal; pero mientras veníamos corriendo, casi no las sentía.

Mi papel de cicerone me agradaba y divertía. Hice, pues, algunas pequeñas excursiones con Madame Duval. La llevé a Cintra, a Colares, a Cascaes y a Mafra. En Cintra, aun viniendo como veníamos del Brasil, nos extasiamos contemplando la fertilidad y hermosura de aquellas montañas, con sus bosques floridos de magnolias y de camelias.

Las calmas que veníamos experimentando nos agotaron casi todo el fresco de que podíamos disponer, así que, aprovechando el seguro y resguardado puerto de San Jacinto, anclamos en él á fin de refrescar víveres. San Jacinto es un pintoresco pueblecito situado en la isla de Ticao.