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Defender los intereses morales y materiales de las provincias, sostener su vida autonómica, independiente, frente a la acción y poderío absorbentes de la capital, «foco de inmundicia que envenenaba la savia de la nación y secaba todos sus veneros de riqueza». ¡Qué grande y noble pensamiento! A fines de octubre, Gonzalo fué a Lancia con una comisión de su suegro.

Confianza en la caridad de Filipinas. Para terminar este libro vamos á ver en unas cuantas páginas la provincia de Tayabas en general, ya que hemos recorrido uno á uno todos sus pueblos. Dicha provincia fué descubierta por Juan de Salcedo al ir en busca de los renombrados veneros de oro de Camarines.

En él se encontrará el orígen de tantas predicciones como se hacen sobre las variaciones atmosféricas, que bien pronto la experiencia manifiesta fallidas; de tantas conjeturas sobre manantiales de agua, sobre veneros de metales preciosos, y otras cosas semejantes.

Para toda persona refinada y culta, Próspero Mérimée y Teófilo Gauthier, por ejemplo, son mejores novelistas que Eugenio Sue y Ponson du Terrail, y, sin embargo, ni Colomba, ni El Capitán Fracasse, han logrado la vigésima parte del favor del público, de la venta y del aplauso que Los Misterios de París, o las interminables aventuras de Rocambole. ¿Consistirá esto en que Sue y Ponson du Terrail emplean el arte exquisito y profundo que Gauthier y Mérimée ignoran o en que la generalidad del público tiene un gusto pésimo, está muy atrasada aún y prefiere lo burdo a lo fino? ¿O consistirá esto en que el verdadero arte exquisito y profundo no ha llegado a descubrirse, sino muy recientemente, cuando Merimée y Gauthier estaban ya muertos y enterrados, y por virtud de dicho arte al público se le han abierto los ojos del entendimiento para comprender lo bueno, y a Zola, Daudet, Bourget, Ibsen y Tolstoï, se les han abierto los veneros y fuentes de la inspiración legítima para producir obras, que no sólo agraden en el día, sino que ya contengan en germen, cuando no en flor, la sublime novela del porvenir, en cuya comparación es el Quijote una obra superficial, epidérmica, sin trascendencia, sin enseñanza y de mero pasatiempo?

Las fabulosas riquezas que esparcieron en los Estados-Unidos, los veneros de oro de los, placeres de California, hicieron que lo que al principio fueron chozas, fueran luego casas, convirtiéndose estas más tarde, en verdaderas calles de palacios, emporios de riqueza y de tráfico, acariciando bien pronto las brisas del Océano Pacífico, ciudades tan ricas y populosas como lo es San Francisco.