United States or Micronesia ? Vote for the TOP Country of the Week !


Vendí el resto de mi botín, mes garçons, por tantas monedas de oro como cupieron en mi bolsón de cuero y por siete días tuve doce velas encendidas en el altar del bendito San Andrés, porque sabido es que si olvidáis á los santos cuando las cosas marchan bien es muy probable que ellos se olviden de vosotros cuando los necesitéis.

Es extraño que haya usted olvidado su nombre; ¿pero aún queda el medallón? No por cierto; le vendí: era necesario criarla... yo era pobre. ¿Pero no recuerda usted lo que el medallón contenía? por cierto: un retrato de mujer. ¿Y las señas de esa mujer?

Noverint universi, quod coram venerabili dompno Guillermo de Cabaldos Zalmedina Cæsaraugustæ comparuit Geraldus del Parer, Tutor datus et assignatus Teresiæ, Gratiæ et Peregrino, pupillis filiis Peregrini Baldovini quondam, et dompnæ Gratiæ Martin Tarin ejus uxoris, per dompnum Johannem de Bombei Zalmedinam tunc Cæsaraugustæ cum publico instrumento confecto octava die exeunte Aprili anno præsenti per notarium infrascriptum, asserens, quod dictus Peregrinus pater dictorum pupillorum, in suo ultimo testamento, receperat pro anima sua et injuriis emendandis ac debitis persolvendis, duo millia solidorum jaccensium, pro quibus mandavit vendi de bonis suis specialiter quoddam hæreditamentum situm in termino de Quart, ut patebat per ipsum testamentum, confectum per manum Jacobi Donasari notarii publici Cæsaraugustæ, quod coram dicto Zalmedina exhibuit.

A medianoche no había dormido aún; estaba sola. Podía pensar a mis anchas, y pensar en ti como me diera la gana. Llegó la mañana. ¿Qué creerás que hice? La cantidad era enorme. ¡Mil duritos! ¿De dónde había de sacar yo ese dineral? Pues verás... Vendí mis pendientes de tornillo y mi alfiler grande. Saqué doce mil reales. Compré otros diamantes falsos para que él no conociera el engaño.

Libro Segundo: Capítulo I: Del camino de Alcalá para Segovia, y de lo que le sucedió en él hasta Rejas, donde durmió aquella noche. Llegó el día de apartarme de la mejor vida que hallo haber pasado. Dios sabe lo que sentí el dejar tantos amigos y apasionados, que eran sin número. Vendí lo poco que tenía de secreto, para el camino, y con ayuda de unos embustes hice hasta seiscientos reales.

Entre tanto, ordenaba y disponía mis caudales de modo que los tuviera siempre a la mano por alejado que me viera de ellos; y por último, me atreví con lo que más me dolía y a lo cual llamaba yo «quemar mis naves»: «deshice» mi casa. Quería destruir el nido para no tener tanto apego al árbol. Empaqueté lo más, vendí muy poco y regalé algo de ello a mis amigos.

He malvendido, he tomado el dinero que quisieron darme, sin poner atención en las condiciones. Todas mis joyas se fueron; unas las vendí en París, otras aquí mismo... dices que estás arruinado. No; no sabes lo que es eso: yo que lo . Mi naufragio es más antiguo que el tuyo; mi buque era mas pequeño... No quiero fatigarte con la relación de mis pobrezas. Ya no tengo casa en París.

Muchas no comen para poder vestirse; pero algunas se las arreglan de otro modo... Yo historias, ¡ah!, yo he visto mundo... las tales se buscan la vida, se negocian el trapo como pueden, y luego hablan de otras, ¡como si ellas no fueran peores!... Total, que de lo que vendí no he cobrado más que la mitad: la otra mitad anda suelta por ahí, y no hay cristiano que la cobre. ¡Sopla-ollas, fantasmonas!

Quería conservarlo como recuerdo de la «vorágine»; pero un día necesité dinero... y lo vendí por tres perras gordas. ¿Verdad que este ingenuo concepto del dinero es conmovedor? Entre el hampa literaria Santaló fué siempre un caballero de la Tabla Redonda. Fué un bohemio, pero no hampón.

Ella y yo llamamos la atención en La Línea primero, después en Ronda, donde la vendí, para comprarme un caballo jerezano, que después fue adquirido... pásmese usted... por la Duquesa de Alba, hermana de la Emperatriz, mujer elegantísima también... y que también se le parece a usted, sin que las dos hermanas se parezcan.