United States or Botswana ? Vote for the TOP Country of the Week !


La Shele, muy joven e inocente; yo, un marino que venía de las soledades del mar de la China con gran deseo de vivir; nos vimos, y sucedió lo que no era raro que sucediera. No si mi madre sospechó lo que pasaba; si sospechó y se valió de una estratagema para alejarme, Dios se lo haya perdonado.

Era un caballero tan almidonado y tan tieso que a serlo de igual modo el noble fundador de su estirpe fuera imposible que hiciese al rey aquel saludo que le valió el ducado. Naturalmente mientras este señor no se ablandase un poco con la humedad no había que pensar en boda, porque Gonzalito tenía más miedo a su padre que al mar embravecido.

Es muy de notar este hecho. Los historiadores árabes designan con el nombre de Rabí á un obispo de quien se valió en diferentes ocasiones Abde-r-rahman el Grande para sus tratos con las córtes estrangeras.

De este, á quien el juicioso Llaguno cuenta entre el número de los principales gerigoncistas, se valió el escelente cardenal, poco versado por lo visto en las reglas del buen gusto, para que dirigiese la obra. Debió hacerlo muy á su satisfaccion, porque bajo el influjo de la prostitucion artística la ornamentacion mas licenciosa es la que mas agrada.

Acaso ha sabido el duque de Lerma que su hijo se valía de ti para educar al niño príncipe, como, siendo aún más pequeño, se valió para ello de la Angélica el conde de Lemos, su sobrino, y habrá dicho: puesto que esa hermosa doña Ana servía para hacer adquirir al joven príncipe malas costumbres, puede servir también para corromper las del rey y extraviarle. Acaso, acaso dijo doña Ana.

Para ocultar su emoción, sonreía enseñando los dientes: una carátula inmóvil de niño que quiere ser amable. No, señora... Muchas grasias. Aqueyo no valió la pena. Así se excusaba de las muestras de agradecimiento de doña Sol por su hazaña de la otra tarde. Poco a poco, Gallardo fue adquiriendo cierta serenidad. Hablaban de toros la dama y el apoderado, y esto dio al espada una repentina confianza.

Entonces compuso sus comedias «Los dos ciegos» y «El bosque», que más tarde había de representarse en el teatro Odeón; y poco después, hallándose en Córcega, publicó un libro autobiográfico, esmaltado de graciosos paisajes de alma, que titulaba «El primer día del año de un vagabundo», y le valió de Víctor Hugo un billete de cien francos y una carta que empezaba así: «Su libro me ha recreado y conmovido.

, otro día, más despacio: por ahora lo que importa es que busques los mil y quinientos doblones que vale Calderoncillo, y que salgamos de él... créeme, mi buena señora: Dios es justo, y como se valió de un muchacho para matar á un gigante, se vale de dos locos para matar á un gran pícaro. Nada temas. Si el rey no es torpe, vendrá esta noche por esta misma puerta á visitarte. ¡El rey! le dije.

Lo que nunca hizo fue negar en casa lo que había hecho en la calle, ni quejarse contra nada ni contra nadie por sucesos de que él solo tenía la culpa. Esta sinceridad le valió nuevas largas de quien tenía derecho para atarle corto; pero él no las quiso, es decir, no usó de ellas, porque le bastaba con las que ya tenía para expansión necesaria de las fuerzas de su temperamento.

La fantasía de Cobo Ramírez, apretada por la gravedad del caso, fascinó a los invitados con peregrinas trazas y artificios delicados: los tuvo enajenados cerca de una hora. Llamó la atención, y le valió unánimes aplausos, un juego de sortija que se organizó en el medio del salón.