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Y despues de despedirse de su amigooó se alejó tosiendo y haciendo sonar sus pesos. Camaroncocido, con su indiferencia de siempre, continuó vagando acá y allá con la pierna á cuestas y la mirada soñolienta. Llamaron su atencion la llegada de fisonomías estrañas, venidas de diferentes puntos y que se hacían señas con un guiño, una tos.

Sucediónos lo que dice el refran: la multitud de los perros es la muerte de las liebres. Ocho dias continuos anduvimos vagando por los bosques: de suerte que, aunque he peregrinado tanto en toda mi vida, nunca he tenido camino mas áspero, molesto y desazonado. Manteniámonos con miel y raices, y no nos deteniamos á cazar algunas fieras, porque los indios no nos alcansasen.

Buscando manera de pasar las horas de que disponíamos más dignamente que vagando por las calles, tropezamos al bajar la cuesta de Santo Domingo con el Teatro Real. Al instante se me ocurrió la idea de entrar: Teresa la aceptó inmediatamente, y a fin de que no reparasen en nosotros, tomamos entradas de paraíso.

Pasamos una noche triste vagando por las principales calles de Manchester, sintiendo que con la muerte de Burton Blair habíamos perdido un amigo sincero; pero, cuando a la mañana siguiente nos encontramos en el hall del Queen's Hotel con Herberto Leighton, el abogado, y tuvimos una larga consulta con él, el misterio que rodeaba al muerto, aumentó considerablemente.

Miguel quedó tristemente impresionado por aquella escena. Pasó el día vagando de un lado a otro, leyó un poco, escribió otro rato; al fin llegó la noche. Después que hubo cenado y sufrido media hora a su locuacísima huéspeda, se dispuso a acudir a la romántica cita que le había dado la generala.

Se besaron, y la vizcondesa se alejó. Beatriz subió a las habitaciones de su marido para vigilar los preparativos del viaje. La doncella le participó que Fabrice había ido a París, pero que volvería para comer. La mujer del pintor pasó el resto del día vagando por el jardín. Hacia la noche entró en el taller.

Por este medio fue presentada en la corte que iba siempre vagando de un lugar a otro y habitaba bajo hermosas tiendas en campamento vastísimo capaz de contener y que contenía más de veinte mil personas, desde el Abuna o Patriarca, la clerecía, las princesas de la sangre y los altos dignatarios, hasta los soldados y sirvientes.

Después le reanimó un pensamiento optimista. Tal vez su amigo estaba vagando por las inmediaciones del pueblo. Aquellos escritos sin terminar mostraban su falta de voluntad.

Este, que ha ido vagando por diversos climas y regiones sin poder morir, llevando en la frente el signo de la vida, como Caín y el judío errante, aparece de nuevo en Palmira, en el quinto y último acto.

Así era, en efecto; los ojos de la abandonada, vagando con extravío de uno en otro objeto, tenían al fijarse en la Virgen Santísima el resplandor del espanto. ¿Por qué tiembla tu mano? preguntó la señorita , ¿estás enferma? Te has puesto más pálida que una muerta y das diente con diente. Si estás enferma yo te curaré, yo misma.