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Los de San Angel, desde que salieron de su pueblo, ya venian enfurecidos, y cuando encontraban á los Miguelistas, los despojaban de los caballos y armas, en venganza, decian, de que en sus tierras habian perecido tantos de sus parientes: y habiéndose ido al pueblo, que poco há se habia quemado en la montaña, allí se arrancharon; y aunque repetidas veces se les pidió, y convidó á que se uniesen con la demas gente que estaba en Santa Catalina, no se pudo conseguir.
Al instante que estuvieron inmediatos, los primeros se apearon, y sin esperar se les uniesen los demas, principiaron el fuego contra algunos indios, que separados del grueso de su ejército ocupaban y defendian una corta eminencia de piedra, de donde fueron rechazados al instante, y pasaron á reunirse con los demas, en lo mas alto del cerro, que era donde tenian sus cargas.
La miseria en que yacían los infelices soldados heridos en la campaña del Norte era grande y dolorosa, y debía precisamente despertar en el corazón de todas las señoras españolas los sentimientos más compasivos... Por eso habíase atrevido ella, la Butrón, a citar a todas las presentes para pedirles, por amor de Dios y compasión hacia aquellos infelices, que uniesen sus esfuerzos para socorrerlos, formando una asociación de señoras que, propagada por todas las provincias, pudiera allegar cuantiosos recursos para este objeto.
No tenía consuelo desde la muerte de su esposo y se extinguió apaciblemente, sin una queja. Se hubiera dicho que no podía vivir sin las injurias con que su marido la había colmado diariamente durante veintitrés años. Desde entonces los dos hermanos se quedaron solos en el molino. Nada extraño era que se uniesen más estrechamente aún, que tratasen de confundir sus existencias.
Rivadavia, más conocedor de las necesidades del país, aconsejaba a los pueblos que se uniesen bajo una Constitución común, haciendo nacional el puerto de Buenos Aires. Agüero, su eco en el Congreso, decía a los porteños con su acento magistral y unitario: «Demos voluntariamente a los pueblos lo que más tarde nos reclamarán con las armas en la mano.» El pronóstico falló por una palabra.
Pero como no estaba en sus manos que las provincias no se tocasen por todas partes, no podía tampoco evitar que al fin se uniesen en un interés común, y de ahí les viniese esa misma unidad que tanto se interesaba en combatir. Recuérdese que al principio dije que las correrías y viajes de la juventud de Quiroga habían sido la base de su futura ambición.
Que la tarde antes á este avance llegaron dos indios de chasque, enviados del cacique Guayquitipay, avisando á los ya muertos, que nuestra armada habia marchado al rio Muyelec, en seguimiento de ellos, y que no hallándolos, tirabamos hácia la costa del mar: que eramos pocos, que se uniesen y nos acabasen, y que de los dos chasques el uno habia muerto en la sorpresa.
Verá el señorito lo que tardan en juntarse unos y otros, y entonces será ella. Ya se incendian en el campo muchos pajares, sin que se vea la mano que les prende fuego. Dupont se exaltaba. Mejor: que se uniesen todos, que se sublevaran cuanto antes, para acuchillarlos, y obligarles a volver a la obediencia y la tranquilidad.
14. Se negoció con unos y otros: con estos de palabra, con aquellos por escrito, para que se concordasen y uniesen sus
Este, para conocer, necesitaba formas que se le uniesen íntimamente; y si bien es verdad que las divisaba allá á lo lejos en las bajas regiones de las facultades sensitivas, no podia descender hasta ellas, sin faltar á su dignidad y negar su propia naturaleza.
Palabra del Dia
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