United States or Belarus ? Vote for the TOP Country of the Week !


La cara se le entristeció de tal manera que la joven, reprimiendo a duras penas una sonrisa, repitió con más resolución aún: No volveré a casarme segunda vez... a no ser contigo. El conde la contempló desencajado. ¿Es de veras eso? preguntó al fin con voz temblorosa. ¡Y tan de veras! repuso ella mirándole sonriente. Dame esa mano, Fernanda. Tómala, Luis.

Porque esas cartas son muy atrasadas: estos últimos días no ha escrito... esta mañana ha llegado otra carta... pero no parece suya la letra... tómala. ¿De modo que estas son anteriores? Claro: la última vino el 2; estamos a 30; con que... ¡Veintiocho días sin escribir! Desazonado por el presentimiento de alguna desgracia, rompió el sobre, cuya letra no era de Felisa, y miró la firma.

¿De Marta? ¿Qué consejo te ha dado? Tómala aparte, uno de estos días me ha dicho, y explícate con ella. Cuando Olga no quiere a alguién, lo aborrece, y me daría mucha pena que no te tuviera cariño. ¿Marta ha dicho eso? exclamé, y las lágrimas me asomaron a los ojos. ¡Qué corazón, qué corazón de oro! , ha dicho eso y muchas otras cosas más para explicar tu temperamento y excusarte.

Necesitaba volver a verla, declararle su amor y pedirle el cumplimiento de lo prometido en aquellas dulces palabras que ella pronunció, dejándolas grabadas en el centro de su corazón: Me has salvado la vida. Tómala si lo deseas. Eres su dueño. Harto presentía Morsamor lo aventurado y peligroso de su nueva empresa.

Al llegar al último tramo, ella estrechó también la mano de Morsamor; y de su fresca boca, que a él pareció cáliz de perlas y rubíes, colmado del aroma y del néctar que aspiran y beben los inmortales, salieron en voz baja y suave estas dulces palabras: Me has salvado la vida. Tómala si lo deseas. Eres su dueño.

Tengo un capricho por él, y si él quiere te planto, para enseñarte á hacer conferencias. ¡Digo, digo! exclamó Maugirón; ahí tienes un buen negocio, Tragomer, y yo también. Lorenza me quiere dejar por ti... No vaciles, amigo mío, tómala. No desperdicies tanta dicha, ni aun al precio de mi desesperación. Pero, ante todo, dinos qué opinas sobre los errores judiciales.

¡Bah! bien lo ha querido y me ha ofrecido dinero. Pero poco; ¿no es verdad? Es muy mísero. Vamos, yo soy muy rico y muy generoso: ¿quieres ser mi querida? ¡Señor! No tendrás que casarte contra tu voluntad, y mucho menos con ese escuerzo de Cosme Prieto. ¿Pero qué dirán mis padres? Vamos, toma esta buena bolsa de doblones de oro. ¡Señor! ¿No la quieres? ; , señor. Pues entonces tómala.

26 Y Joab peleaba contra Rabá de los hijos de Amón, y tomó la ciudad real. 28 Junta pues ahora el pueblo que queda, y asienta campamento contra la ciudad, y tómala; para que tomando yo la ciudad, no se llame de mi nombre. 29 Y juntando David todo el pueblo fue contra Rabá, y la combatió, y la tomó. Y trajo muy grande despojo de la ciudad. Se volvió luego David con todo el pueblo a Jerusalén.

Ya que le has dao una paliza gitana en la tienda de la Parra y luego la licencia absoluta. Te engañas, máscara. Se ha marchado ella por su gusto. ¡Ay, Velázquez, qué malo eres y qué traidor con las pobres mujeres!... Pero Dios te castigará algún día; no tiene remedio. Dame la mano, falso; voy á decirte la buenaventura. Tómala, niña, y hazlo vivito que se reúne mucha gente.

Clementina había vuelto á ponerse dura y arisca y acabó de desagradar definitivamente á Fortunato, el cual, creyendo necesario quemar sus naves y cortarse por completo la retirada, dijo en tono muy dulce: La consecuencia que tocaré, querida prima, será verte tomar mi parte en la herencia; tómala, pues: creo que no es un precio muy elevado para la libertad.