United States or Christmas Island ? Vote for the TOP Country of the Week !


Pero Barbarita corrigió al instante su propia espontaneidad, diciendo: «No... no nos precipitemos. Hay que hablar antes a tu marido. Esta noche sin falta se lo dices , y yo me encargo de volver a tantear a Baldomero... Si es clavado, pero clavado...». ¡Y usted que dudaba! Qué quieres... Era preciso dudar, porque estas cosas son muy delicadas.

Pero ya mi mujer se cansó del pescado, y quiere ahora sopa y un trozo de tocino. Pues tendrá lo que quiere tu mujer respondió el camarón. Al sentarte esta noche a la mesa, dale tres golpes con el dedo meñique, y di a cada golpe: «¡Sopa, aparece: aparece, tocino!»Y verás que aparecen. Pero ten cuidado, leñador, que si tu mujer empieza a pedir, no va a acabar nunca.

¡Qué malo eres, Agapo! dijo Susana disgustada; ¡siempre con tanto rencor contra papá! Si la culpa es tuya, que nunca has querido trabajar y has sido toda tu vida un vicioso, un haragán. De la misma manera que papá ha colocado a tanto tipo que no conoce, ¿por qué no había de darte un empleíto? ¿Un empleo? ¡a !

Hizo un esfuerzo para reir y exclamó en tono jocoso: ¡Vaya un chasco!... Pensé que eso era ya agua pasada, niño... Si supiese que esa mujer te tiraba algo no me hubiera acercado á ella... Porque donde está un amigo verdadero como toas las mujeres están de más para ... Y si antes hubieras hablado, antes te hubiera dejado el campo libre... Pero eres como Dios te crió, guasón y cazurro si los hay, y no tienes confianza para decirle á un amigo: «Hijo, quítate del medio que me estorbas...» Toma, toma la llave, que no tengo vergüenza si vuelvo á hablarte en los jamases de la vida.

Me dejó completamente libre para elegir y se contentó con mis razones sin pies ni cabeza, para rechazar a mis pretendientes. ¿Y no eras la que tenías tanta prisa por casarte, Reina? me preguntó Blanca. No me casaré, si no encuentro lo que deseo. ¡Ah! ¿y qué deseas? No lo aún respondile con la garganta oprimida. Blanca me tomó la cara con ambas manos y me miró con atención.

Tu madre arruinándose y Antonio subiendo locamente camino de la suerte, son exactamente lo mismo.

Profético metal, los ciudadanos Que de agüero y comento son exentos A tu voz bailarán por estos llanos, En tanto que tu voz y tus acentos Oyen descoloridos los tiranos Y te atienden los reyes macilentos.

¡Pues lo es! y no me ciega un entusiasmo perturbador; pero perfectamente que aun cuando me aceptara de plano, como dices, se mantendría en su actitud de hoy, mientras viva su padre; podré ir veinte, cien veces, y siempre me diría lo mismo. ¡Quién sabe! Ricardo, insiste y allá veremos. Este no es asunto que se gane con la insistencia, ¿no es verdad, Baldomero?... usted que la conoce bien.

¿Conque amiga íntima de tu íntima amiga la Villasis?... ¡Ahora lo entiendo!... ¿Y qué hace esa perfecta viuda, como la llamaba la de Bara en otro tiempo?... Supongo que te habrá sucedido con ella lo que sucede con los perros chinos, que de puro feos hacen gracia... ¿Y mi mujer, será, sin duda, vuestra confidente?...

Pues pasó tiempo, y al año de casados, un día, de repente, plaf... entras en mi cuarto y me das una carta. ¿Yo? , una cartita que trajeron para . La abro, me quedo así un poco atontado... Me preguntas qué es, y te digo: «Nada, es la madre del pobre Valledor que me pide una recomendación para el alcalde...». Cojo mi sombrero y a la calle.