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Al describir la formacion del mundo, pinta un poeta inglés al supremo Hacedor ocupado en aquella portentosa tarea, y dice que da fin á la creacion, poniendo alrededor de su trono la majestad de la sombra. Y pone alrededor del trono excelso La augusta majestad de las tinieblas. Esto es poesía religiosa; estos dos versos valen más, en este sentido, que toda la divina comedia del Dante.

23 Y Salomón se sentó en el trono del SE

Unos decían que había encontrado la flecha de Abaris y se había ido por el aire, montado en ella; otros, que se había elevado al empíreo en el trono flotante de Salomón o en un carro de fuego; otros, que el dragón Musaros, que en la antigüedad más remota civilizó a los asirios, y que tenía cuerpo de pez, cabeza de hombre y piernas de mujer, se le había llevado consigo a su palacio submarino, en el fondo del golfo pérsico.

Ayer un tirano con saña decia: «¡Yo soy el que mando, y esclavos serán!» Y hoy roto en pedazos su trono sangriento Se ofrece á los rayos del gran luminar. Ayer un guerrero cubierto de gloria Hollaba altanero su carro triunfal... Mirad ese polvo... su humilde sepulcro, Se ofrece á los rayos del gran luminar.

Hasta aquí he hablado de la historia de la piedra. Ahora tengo que decir dos palabras acerca de la historia del libro. Ahí, en medio de esa sala del trono, el pueblo de Paris, puesto de rodillas, saludó á Enrique IV y á Luis XIV. Ahí, en medio de esa sala del trono, en donde Paris arrodillado saludó á Enrique IV y á Luis XIV, se instaló la Comision revolucionaria del memorable 10 de Agosto.

5 Y ella dio a luz un hijo varón, el cual había de regir todos los gentiles con vara de hierro; y su hijo fue arrebatado para Dios y para su trono. 6 Y la mujer huyó al desierto, donde tiene lugar aparejado de Dios, para que allí la mantengan mil doscientos sesenta días.

España, cuando duda de sus reyes y no tiene fe en el catolicismo, es como un cojo que suelta las muletas y se viene al suelo. Sin el trono y el altar no somos nadie; y la prueba la tienes en lo que nos está pasando desde que tuvimos revoluciones.

Los mejores del mundo. Pero la linda rubia no era de las que se callan por largo tiempo, y exclamó: ¡, se quieren tanto como pueden quererse dos hombres que ambicionan el mismo trono y la misma mujer! Su madre le dirigió una mirada furibunda, pero aquellas palabras habían picado mi curiosidad; y antes de que la vieja pudiera reñirla, le pregunté: ¿Cómo es eso? ¿La misma mujer?

Su hermana, la marquesa de Guadalcanal, una especie de Escorial; es un sólido compuesto de sentimientos monárquicos y monacales, con un corazón, panteón de reyes sin trono. En esto se oyó un gran ruido. Era el mayor, que al levantarse para ir a reunirse con Rafael, había echado a rodar una maceta. El mayor dijo Rafael anuncia su llegada.

Si escribían, escribían abogando por los derechos de los Indios y hacían llegar el grito de sus miserias hasta las lejanas gradas del Trono.