United States or Switzerland ? Vote for the TOP Country of the Week !


Lo demás te lo guardará la abuela para otro caso de apuro, y cuando yo falte será para ti. Con un respeto religioso iba amontonando en el trapo blanco las deslumbrantes baratijas desordenadas por las manos del nieto. La vieja le tributaba mentalmente los mayores elogios. Su Isidro era bueno; no quería abusar de la bondad de su abuela, y la dejaba lo mejor.

Fué entusiasta admiradora de los toros. Por milagro dejaba de asistir a una corrida desde su palco, ataviada con la consabida mantilla blanca y los consabidos claveles rojos. Y discutía las suertes, y fulminaba censuras, y tributaba aplausos, y era tenida entre los aficionados por acérrima y fervorosa lagartijista.

Esta noble y simpática figura era digna de inspirar á la musa popular del gran cancionero del siglo XIX, amigo y admirador de Lamennais, y que como él profesaba la religion de la libertad del pueblo y tributaba culto á la verdad.

De Pas le tenía a él por un grandísimo majadero, pero le tributaba la cortesía que empleaba siempre en el trato, sin distinguir entre majaderos y hombres de talento. ¡Oh, mi señor don Fermín! cuánto bueno.... Llega usted a tiempo, amigo mío; el primo está inconsolable. ¡Buen día de su santo!

Los bancos de la entrada estaban limpios, en comparación de los del fondo. Aquella pieza donde tan nefando culto se tributaba a la Ninfa de las aguas fue testigo de hartas proezas de Perico, que, por su semejanza con todas las de la misma laya, no merecen narrarse.

Nadie puede figurarse lo que tales insinuaciones influían en el respeto que generalmente se le tributaba: la aureola de revolucionario, conspirador, y singularmente la de sentenciado a muerte, le guardaban de las burlas, tretas y malas pasadas que de otra suerte no le hubieran sus discípulos escatimado.

No menos que estas iglesias florecian por entonces los monasterios de toda la provincia, en especial los de la Sierra de Córdoba, que así como rinde en tributo á la campiña las aguas de sus veneros y los aromas de sus plantas, le tributaba á la sazon con estos y aquellas sangre copiosa y fecunda de mártires, y purísima fragancia de virtudes evangélicas.

Ya se atrevía algunas noches a hacerles tertulia hasta las diez, y como la presencia de Micaela daba a la conversación un tinte de seriedad, Juanito hablaba del comercio, de los triunfos de la Bolsa, de la buena fortuna de su principal, y sobre todo, de don Ramón Morte, su grande hombre, al que cada vez tributaba una adoración más vehemente.

Esto no obstante, su humildad le obligaba a rechazar este sentimiento y a repetirse la frase común a todos los místicos: «Así y todo es mejor que yoNo sólo, pues, le miraba como su superior jerárquico y le tributaba todo el respeto debido, sino que hacía esfuerzos por representárselo mejor que él moralmente.

Ya siendo estudiante se había creído capaz de ser pintor, porque sentía y amaba a la naturaleza, y tributaba admiración y hasta saboreaba las obras de los grandes maestros. Además, la herramienta de este oficio le parecía de mayores recursos y más entretenida que la pluma. Otro desengaño. ¡Siempre la idea desfigurada y confusa entre la obscuridad de un arte deficiente!