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Así pudo escribir con tanto acierto su obra, i llamarla un verdadero trasunto i retrato de muchas plantas medicinales, no conocidas, ni vistas por ninguno de los antiguos que en esta materia escribieron.

Han visto ustedes el panteón, de severa arquitectura románica, sublime en su desnudez; han visto el claustro, ojival puro; han recorrido las galerías de la bóveda, de un gótico sobrio y nada amanerado; han visitado la cripta llamada Capilla Santa de reliquias, y han podido ver un trasunto de las primitivas iglesias cristianas; en el coro han saboreado primores del relieve, si no de un Berruguete, de un Palma Artela, desconocido, pero sublime artífice; en el retablo de la Capilla mayor han admirado y gustado con delicia los arranques geniales, , geniales puedo decir, del cincel de un Grijalte; y reasumiendo, en toda la Santa Basílica han podido corroborar la idea de que este templo es obra de arte severo, puro, sencillo, delicado... Empero aquí, señores, forzoso es confesarlo, el mal gusto desbordado, la hinchazón, la redundancia se han dado cita para labrar estas piedras en las que lo amanerado va de la mano con lo extravagante, lo recargado con lo deforme.

Claro está que si yo estuviese siempre reconcentrado en el Uno, no la amaría; pero, volviéndome, y no puedo menos de volverme, al mundo exterior, ¿qué hallaré en todo él que represente mejor al Bien y al Uno mismo? ¿Qué imagen, qué trasunto, qué destello de la belleza increada descubrirá el sabio que valga más que la mujer hermosa?

Ardiente y grave a la vez, como trasunto del genio de su autor, era uno de esos valses que arrebatan y a la vez invitan a meditar. Amaury hacía lo posible para sostener a Magdalena; pero a las pocas vueltas notó que flaqueaban sus fuerzas y le dijo con cariñoso interés: ¿Quieres sentarte a descansar, Magdalena? ¡No! ¡no! contestó la hija del doctor.

Los pronósticos del médico se cumplieron. Pocos meses después mi tío era padre. La suerte había sido prodigiosa. Difícilmente podría existir una criatura más encantadora que la hijita de Blanca. El mundo, según don Benito, había puesto sus puntos interrogantes; pero el mundo es malo y es necio. Nada más hermoso que aquella niñita que, según todos los que la conocieron, era un trasunto de su padre.

Amiga del boato, manirrota, terca y regañona, atosigaba al pobrete del marido con exigencias de dinero; y aquello no era casa, ni hogar, ni Cristo que lo fundó, sino trasunto vivo del infierno. Ni se daba escobada, ni se zurcían las calcetas del pagano, ni se cuidaba del puchero, y todo, en fin, andaba a la bolina. Madama no pensaba sino en dijes y faralares, en bebendurrias y paseos.

Doña Manolita había ya visto el cuadro otras varias veces, pero nunca le hizo más honda impresión que en aquel momento; cuando se unieron la lozanía de la mocedad, la exuberancia de la vida y la hermosura briosa de doña Luz con tal fiel trasunto del dolor y de la muerte.

En nuestros días, la mejor universidad, el verdadero convento, el más cumplido liceo, el más poblado huerto de Academo, y el más genuino trasunto del pórtico de Júpiter Liberador y del clásico mercado, todo esto es, amigo mío, la casa de huéspedes española, señaladamente la madrileña. La Naturaleza es un libro, ciertamente; pero es un libro hermético. La casa de huéspedes es un libro abierto.

Así como en pintura ó en estatuaria, la verdad artística no es la verdad material, puesto que no es el mejor retrato el que mas exactamente copia los defectos, así tambien la verdad poética es muy distinta de la realidad, es decir, que sin ser precisamente el trasunto de la vida de todos los dias, es sin embargo hasta cierto punto su idealizacion, que sin perder de vista el original, lo ilumina con los colores de la imaginacion, agrupa en torno suyo los elementos que no se encuentran reunidos en un solo individuo, y que no obstante existen dispersos, y que reunidos forman lo que se llama un tipo.

El bufón adelantó, y en un momento en que la Dorotea estaba de pie, inmóvil, con la cabeza inclinada, sostenida sobre una de sus manos, con el otro brazo abandonado á lo largo del cuerpo, era un vivo trasunto de una estatua pagana, representando á una mujer maldecida por los dioses y meditando de una manera terrible, blasfema é impía, sobre la causa de su desgracia. El bufón se acercó á ella.