United States or Angola ? Vote for the TOP Country of the Week !


En 1624 fué Roelas nombrado canónigo de la colegiata de Olivares, á cuyo punto se trasladó en definitiva el artista, que ya en distintas épocas había allí residido. Tranquilo y sosegado y sin dejar el cultivo del arte, continuó Roelas en Olivares, donde falleció en 23 de Abril de 1625, siendo enterrado en aquel pueblo.

Pero es preciso que os devuelva vuestro dinero, os debo mucho, mucho dinero. ¡Oh! por eso no, más tarde, no tengo apuro, ahora estoy muy tranquilo! mi crédito no corre ningún peligro.

Juntos iban al puerto, tranquilo y solitario lago, cuya entrada era casi invisible por las revueltas entre las peñas del brazo acuático que lo comunicaba con el mar. Sólo de tarde en tarde aparecían en esta plaza cerrada de agua azul los mástiles de algún velero que venía a cargar naranjas para Marsella.

Levantó ligeramente sus negras cejas, y podría haber jurado que mis palabras lo sobresaltaron; pero, sin embargo, ocultó con el mayor cuidado la sorpresa que le causaron, y me respondió en un tono natural y tranquilo: Así es. Estoy aquí para verlo. Entonces, siento tenerle que decir que no lo volverá a ver nunca más le dije en voz baja y con toda gravedad.

Invítale a grandes y magníficas cacerías, condúcele en rauda balandra por el mar azul y tranquilo para que pesque plateados y sabrosos peces. Mas el mandarín medita, cuando echa los anzuelos al agua, que es mil veces preferible pescar a la linda consorte de su huésped.

Perdón, señor, perdón.... He dejado arruinar todo mi valor indignamente, pero ha sido un momento; ya pasó; estoy tranquilo, estoy contento si le puedo servir a usted de algo, yo, pobre de , que tanto le debo.... Cállate.... ¡Si me lo vas a pagar todo!

El mundo se nos venía encima; la desgracia soplaba por todos lados; aquel hogar tranquilo que nos habíamos fabricado se desplomaba por sus cuatro ángulos.

El estado del tiempo me inquietaba, y con frecuencia me preguntaba al contemplar el paso peligroso, si el mar, durante largo tiempo terso y tranquilo, no se trocaría de repente en montuoso y cruel. Aquel sitio peligroso nada tiene de triste.

Todos los atlots quedaron en silencio, para que en el ambiente tranquilo resonasen las más leves palabras del forastero; pero Pep, adivinando esta intención, comenzó a hablar fuerte con su mujer y su hijo sobre trabajos que debían de realizar al día siguiente. ¡Margalida! ¡«Flor de almendro»!...

Aquel trastorno moral y mental de Bringas fue de la manera siguiente: Una mañana bajó a la oficina tan tranquilo como de costumbre, y todavía no había puesto los codos sobre la mesa, cuando uno de sus compañeros, el Sr. de Vargas, se llegó a él y le dijo al oído: «Se ha sublevado la Marina». Pareciole a Bringas tan absurda la noticia, que se echó a reír.