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Estás más yerto que Hamlet viendo el espectro de su padreHizo cuanto le fue posible por mostrarse tranquilo; pero a los pocos instantes, con no poca sorpresa de los tertulios, se levantó bruscamente y sin despedirse se dirigió con paso rápido al sitio que ocupaba Barragán. Amigo Barragán le dijo en el tono más indiferente que pudo , ¿sabe usted en qué hotel para el marqués del Lago?

¡Bah! nada de emoción dijo el notario con expresión de mal humor; eso me quitaría el apetito y acaso perturbara al muchacho, que probablemente no sospecha nada y va a venir a comer según costumbre. Sin embargo, él tampoco estaba muy tranquilo, y cuando vio al fin a su ahijado, ahogó un suspiro de alivio. Carlos estaba tranquilo, casi risueño.

No fueron tan vanas nuestras oraciones que no fuesen oídas del cielo; que, en nuestro favor, luego volvió el viento, tranquilo el mar, convidándonos a que tornásemos alegres a proseguir nuestro comenzado viaje.

Ester, á pesar de su ánimo fuerte, tranquilo, resuelto, y constante en la adversidad, estuvo á punto de desmayarse al oir esta noticia precursora de inevitable desastre, precisamente en los momentos en que parecía haberse abierto un camino para que ella y el ministro pudieran salir del laberinto de dolor y de angustias en que estaban perdidos.

Creyó avanzar en una atmósfera en la que se habían disminuído las leyes de la gravitación, en un planeta sumido en eterna noche primaveral, donde el aire, los árboles obscuros y las cosas perdidas en la penumbra vibraban con un ritmo poético. Durmió penosamente, pero se levantó tranquilo y animoso. El encargo de Alicia resucitó en su memoria.

Muy tranquilo estuvo Almudena toda la noche, sin poder coger el sueño, delirando con el viajecito a Jerusalén; y Benina, por ver de calmarle, mostrábase dispuesta a emprender tan larga peregrinación.

En la cámara encontré a mi señor más tranquilo. Los oficiales ingleses que habían entrado allí trataban a los nuestros con delicada cortesía, y según entendí, querían trasbordar los heridos a algún barco enemigo. Uno de aquellos oficiales se acercó a mi amo como queriendo reconocerle, y le saludó en español medianamente correcto, recordándole una amistad antigua.

Pero poco a poco se acostumbra al agua, es decir, al salón, y ya está allí muy tranquilo, y baila y dice galanterías en unos párrafos tan largos y complicados, que nadie se los agradece. Ana al principio tenía sueño. Eran las doce. No pensaba más que en lo que pasaba ante sus ojos. No quería reflexionar.

Porque eso es lo principal dijo sonriente el señor Colignon, procurando rebajar el diapasón dramático de la escena a un tono más cuoloquial y tranquilo. Belarmino permanecía baja la testa, de precoz calvicie; un haz de luz venía al soslayo a clavarse en ella, como una espada en la cabeza de un mártir.

Adiós ilusiones de paz y de amor, adiós aire puro, adiós gratas correrías, adiós sueño tranquilo. Otra vez a la soledad de su casa, a las tristes alternativas de un humor suspicaz y sombrío. En la tarde del mismo día en que regresaron se hallaban los esposos en el despacho de Tristán.