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Yo, que vi la ocasión, metíme en medio, y dije que no hablaba con él, y que así no tenía de qué picarse. "Meta mano a la blanca, si la trae, y apuremos cuál es verdadera destreza, y déjese de cucharones."

El lector supondrá que no he venido á la Grande Opera, con el sólo objeto de ver la ópera y el teatro, cuando hay otros objetos dignos de curiosidad y de estudio. Me trae el deseo de conocer, aunque no sea sino á vista de pájaro, la sociedad de alto coturno.

Pueden los altos riscos siempre estables Ser tocados del mar, mas no movidos De sus ondas en cursos variables. Ni menos á la tierra trae rendidos Los altos cedros Boreas, quando airado Quiere humillar los mas fortalecidos. Y éste que vivo exemplo nos ha dado: Desta verdad con tal filosofía DON LORENZO RAMIREZ es DE PRADO.

Veis cubiertas sus rocas con una á modo de capa de escabrosidades grises; mas aquello son seres animados, todo un mundo asentado allí, que queda en seco durante el reflujo, se cierra y esconde, volviendo á abrir sus ventanillas cuando el bueno del mar, su alimentador, le trae de nuevo el sustento.

A este nombre se turbó la güéspeda, y dijo: -Señor, lo que en ello hay es que no tengo camas: si es que su merced del señor oidor la trae, que debe de traer, entre en buen hora, que yo y mi marido nos saldremos de nuestro aposento por acomodar a su merced. -Sea en buen hora -dijo el escudero.

Me dais cuidado por vuestra alma, Montiño dijo fray Luis ; el amor al dinero trae consigo muchos y grandes pecados. En efecto, he pecado mucho. ¿Y os habéis hecho rico...?

Luego hizo un gesto de fastidio. ¡Lagrimitas a él!... Pero no; lloraba de veras, con toda su alma, con quejidos de angustia y estremecimientos nerviosos que conmovían todo su cuerpo. Arrepentido de su brutalidad, dio orden al cochero de detener el carruaje. Estaba fuera de la Puerta de Hierro; no pasaba nadie en aquel momento por el camino. Trae agua... cualquier cosa. La señorita está enferma.

A la par de la destrucción de todas las instituciones que nos esforzamos por todas partes en copiar a la Europa, iba la persecución al frac, a la moda, a las patillas, a los peales del calzón, a la forma del cuello del chaleco y al peinado que traía el figurín; y a estas exterioridades europeas se sustituía el pantalón ancho y suelto, el chaleco colorado, la chaqueta corta, el poncho, como trajes nacionales, eminentemente americanos, y este mismo don Baldomero García que hoy nos trae a Chile el Mueran los salvajes, asquerosos, inmundos unitarios, como «signo de conciliación y de paz», fué botado a empujones del Fuerte un día en que, como magistrado, acudía a un besamanos, por tener el salvajismo asqueroso e inmundo de presentarse con frac.

Muchacha, trae dados. La joven salió y volvió con un cajoncillo en que había dos dados y un cubilete, los puso sobre la mesa y esperó con una inquietud de cierto género. Amigo Velludo, como nosotros somos dos, la jugaremos. ¡Jugarme! ¿y quién os ha dicho que yo quiero que me juguéis? Vamos, pues puedes evitar que lo echemos á la suerte dijo el alférez ; ¿cuál de nosotros dos te gusta más?

¡Ah! ¿El general, por lo visto, te hace muchos regalos? dijo la de Alcudia con leve expresión irónica que su amiga no entendió. ; es muy bueno, siempre nos trae regalos. A mi hermanito le ha comprado una medalla preciosa. ¿Y a tu mamá no le hace regalos? También. ¿Y qué dice tu papá? ¿Mi papá? exclamó la niña levantando los ojos con sorpresa , ¿qué ha de decir?