United States or Belize ? Vote for the TOP Country of the Week !


Se le trataba como a un igual, se contaba con él en todas las francachelas; pero nadie preguntaba por su dinero. Mi general, le habrá a usted gustado ayer la Tosti, ¿eh? dijo Ramoncito Maldonado dirigiéndose a Patiño. En la romanza solamente, repuso el guerrero sensible después de dirigir con destreza una larga bocanada de humo a su boquilla que representaba un obús montado sobre su cureña.

Los primeros son los únicos que expresan realmente de un modo perfecto la esencia de la humanidad. Gayarre y la Tosti fueron puestos otra vez a discusión. Los que habían llegado últimamente dieron su opinión, tanto sobre el mérito como sobre la disposición física de los dos cantantes.

Ahora cantaban arriba. Era Amparito, que acometía con su vocecita de seda una romanza de Tosti, coreada por el estallido de los cohetes y los berridos burlones de la pillería, a quien le hacían gracia los lamentos musicales, verdaderos chillidos de ratita asustada.

¡Oh! ¡oh! ¡oh! exclamó el duque soltando una sonora y bárbara carcajada como las de los héroes de la Iliada . ¿Y por qué no les hemos de traer a Gayarre y a la Tosti para recrearles por las noches? Deben ser muy aburridas aquí las noches. Las damas sonrieron avergonzadas. Vamos, duque, no bromee usted, que la cosa es seria dijo la condesa de la Cebal.

El joven concejal quedó lisonjeado por tal advertencia que venía de una amiga íntima. Creyó, sin embargo, que debía cambiar la conversación a fin de no echar a perder su pretensión, pues veía a Esperanza seria y ceñuda. Pues no crean ustedes que es tan difícil declararse a la Tosti y que ella responda que .... Y si no ... ahí tienen ustedes a Pepe Castro, que puede dar fe de lo que digo.

Se habló de la belleza de la Tosti. Ramoncito, enternecido por el triunfo que acababa de obtener, quiso negársela; maldijo de las mujeres altas, y sobre todo de las rubias. Su amigo Pepe, alarmado por este desahogo que daba al traste con todos los planes de asedio en que habían convenido, le hizo una porción de guiños disimulados hasta que consiguió traerlo al buen camino.

Pues yo encuentro a la Tosti bastante ordinaria, ¿no le parece a usted, Clementina? Esta corroboró la especie. No diga usted eso, marquesa; el que una mujer sea alta y gruesa no indica que sea ordinaria, si tiene arrogancia en el porte y distinción en las maneras se apresuró a decir el general, echando al mismo tiempo una miradita a la señora de Calderón.

Cerca de la estufa había un piano, y sobre su tapa un rimero de partituras amarilleadas por el tiempo: La sonámbula, Lucía, romanzas de Tosti, canciones napolitanas, melodías fáciles y graciosas que esparcían las viejas cuerdas del instrumento con el timbre frágil y cristalino de una caja de música. El pobre nauta de piernas de piedra tendía su corazón enfermo hacia el mar de la luz.

Ramoncito se puso a contar en voz baja a Esperanza y a Paz que la noche anterior había sido presentado a la Tosti en su camerino. "Una mujer muy amable, muy fina. Le había recibido con una gracia y una amabilidad sorprendentes. Ya había oído hablar mucho de el, de Ramoncito, y tenía deseos vivos de conocerle personalmente.

Terminó al fin la comida no sin dedicar, por supuesto, un buen rato de conversación al teatro Real, a Gayarre y a la Tosti. No la hubieran digerido bien si les faltase. El café, como era costumbre en casa de Osorio, se sirvió en el mismo comedor. Luego, las señoras con algunos hombres se fueron al salón. Otros se quedaron fumando, pero no tardaron en ir a reunirse con los demás.