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El ferrocarril se detiene en la vega del Tajo, al pié de la eminencia que sirve de asiento á Toledo, como á un kilómetro de la ciudad. Allí hay que tomar una especie de coche-diligencia, todavía rudimentario, circunstancia muy embarazosa cuando hay muchos viajeros. Cuando llegué á la estacion llovia á torrentes, y no había ómnibus en que hacer el trayecto hasta el centro de Toledo.

Un día, con el alma llena de esta belleza plástica que nadie mejor que él podía apreciar, le propuso, no sin ruborizarse, que le dejase tomar apuntes de uno de sus brazos. Carlota le miró risueña y sorprendida, y le entregó su hermoso brazo para que lo copiase. Quiso inmediatamente modelar la cabeza, el pecho, la espalda.

Se inclinó al oído de Marenval y le dijo: Dejémoslos juntos. Volveremos dentro de un instante. Me escuecen los ojos y necesito tomar el aire. Salieron sin que las dos mujeres, en su egoísta alegría, advirtiesen siquiera su ausencia. Estaban ocupadas en indemnizarse de toda la ternura de que habían estado privadas dos años. ¿Estás seguro, querido hijo, de que no corres aquí ningún peligro?

Avanzó la niña hasta el medio del salón, mirando tímidamente a su madrina. Esta le hizo seña de que se acercase al conde. Vaciló el caballero como si estuviese distraído; pero viendo a la criatura plantada delante de él, se apresuró a tomar el vaso y se lo llevó con mano temblorosa a los labios.

Lo cierto es que muchos lugares, muy sanos en otro tiempo, se hallan al presente invadidos por esa peste destructora, que va en aumento á medida que el desmonte se estiende. Es pues un deber del gobierno el tomar alguna sabia medida para cortar los progresos de semejante mal, y mejorar en lo posible los lugares inficionados. Santa-Cruz está situado al oeste sudoeste de Apolo-Bamba.

Y se vio a mismo subiendo esta misma rampa, cuando sólo contaba veinticuatro años, en una tarde de otoño muy semejante a ésa. Iba entonces, pobre de dinero y rico de esperanzas, a tomar posesión de su puesto de guarda general de los bosques de Val-Clavin.

26 Nuestros ganados irán también con nosotros; no quedará [ni una] uña; porque de ellos hemos de tomar para servir al SE

Le preocupaban mucho las carnes en conserva que venían de los Estados Unidos. «Nos comen, nos comen. Somos pobres, muy pobres, unos miserables que sólo entendemos de tomar el sol».

La expresión de su rostro había cambiado, su continente, una vez más, sumiso y desarmado, me enterneció hasta el extremo de hacerme olvidar el objeto de mi visita. Comprendería usted bien dijo con cierta turbación. Lo que importa entonces es aclarar la duda y tomar una resolución.

Pero las pérdidas de los sitiados eran irreparables, al paso que los castellanos tenían escuadrones y compañías enteras de reserva en el valle, imposibilitados unos y otras de tomar parte en la lucha hasta entonces por las condiciones del terreno.