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Benina descansó en el filo de una silla, como todo lo demás, de roble con blando asiento de terciopelo verde. «Pues la he llamado a usted para decirle...». Pausa. La cabeza de D. Carlos hallábase afectada de un crónico temblor nervioso, movimiento lateral como el que usamos para la denegación. Este tic se acentuaba o era casi imperceptible, según los grados de excitación del individuo.

El tic doloroso, la hemicránea, las cefalalgias y las neuralgias que corresponden á la esfera de accion del arsénico, proceden de una ingurgitacion venosa gastro-hepática, de una estancacion sanguínea ó serosa, con irritacion subaguda de las meninges ó de los nervios ganglionares, lo cual les asimila á las neuralgias de la nuez vómica.

Al cabo, Villar se arrojó a levantarlo para herir en la cabeza a su adversario... Pero ¡ca! don Rosendo dió un salto tan prodigioso hacia atrás, que los testigos se miraron unos a otros llenos de asombro. Villar, pasmado también, esperó a que su contrario se acercase de nuevo. Volvieron al lúgubre tic tac.

El reloj hacía oír su tic tac; de la pared en que se encontraba la ventana venía el ligero quejido del viento y en el interior de la habitación resonaba el ruido de los pasos de Roberto; fuera de esto, ni el menor ruido. Y de improviso me pareció oír, en medio del silencio, que mi sangre se agitaba y hervía dentro de mi cuerpo. Escuché con atención.

2.º En los sudores fétidos de los piés en personas escrofulosas, y en la alopecia que sobreviene despues de las fiebres graves: usado al esterior, en pomada, es un buen auxiliar del mismo administrado al interior. 3.º En algunos dolores reumáticos, aun en el tic doloroso de la cara, en el lumbago con rigidez muscular, en personas cacoquímicas.

Coquelin, más astuto, establece ciertas clasificaciones: para traducir á los clásicos exige una irreprochable «dicción»; para la interpretación de obras inferiores, una buena presencia, y en la voz un «tic» agradable.

La colcha de damasco sube y baja con un compás monótono que incita á dormir. La atmósfera, cada vez más encendida y sofocante, empieza á verse surcada por algunos insectos alados que zumban con tonos agudos y mareantes. El reloj hace coro, cual otro insecto, con levísimo tic tac, al zumbido de sus compañeros. Una que otra vez se oye el chasquido de las maderas de la cama ó de los armarios.

Pero su influencia es de corta duracion y tanto menos persistente cuanto mas viva es la fiebre; de esto resulta la necesidad de repetir las dósis con tanta mayor frecuencia, cuanto mas aguda es la afeccion y que la enfermedad agota mas pronto su accion. Hay afecciones neurálgicas que se acomodan mejor á dósis mas elevadas, como, por ejemplo, en el tic doloroso de la cara y la angina de pecho.

Esta lectura milagrosa había ejercido notable influencia sobre toda la casa. El viejo dormía en su sillón, las moscas en el cielo raso y los pájaros en sus jaulas, allá abajo, en la ventana. El gran reloj repetía con insistencia monótona su acompasado tic tac, tic tac.

En aquel momento cesaron los cánticos del pueblo devoto; siguió silencio solemne; después hubo toses, estrépito de suelas y zuecos sobre la piedra resbaladiza del pavimento... una impaciencia contenida. Hacia la puerta sonaba el tic, tac, de las monedas con que Visitación y la Marquesa golpeaban la bandeja para llamar la atención de la caridad distraída.