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Un momento, compañero interrumpió el sargento ; he estado en Egipto e Italia como usted, pero la campaña que acabamos de terminar es completamente especial. ¡Qué! ¡Ha sido muy dura! ¡Dura! Era preciso ser de bronce para no dejarse allí los huesos. Todo se ha vuelto contra nosotros: las enfermedades, los traidores, los campesinos, la gente de la ciudad, nuestros aliados; en fin, todo.

Un detalle para terminar: de los actores, según la relación, pudieron todos librarse de las llamas, y de uno de ellos dice: «El que hacía la figura de San Onofre salió casi desnudo, con una mata de yedra por paños menores, y los muchachos le siguieron dándole ¡Vaya! hasta su casa, que estaba lejos

No puedo... Bien sabes que soy tu amigo: hasta me haces el honor de reconocerme como pariente; te debo mucho; ¡pero eso que me pides... no! Es un disparate, una locura. Forzosamente habíamos de terminar así; lo he presentido hace algún tiempo. Pero de nada puede servirnos recordar lo pasado: ya no eres el Lubimoff que decía aquellas paradojas.

Las dos inclinan las cabezas y ponen en blanco los ojos para poder alzarlos al altar, desde donde responde a su mirada, la mirada extática de una Dolorosa. El parpadeo de las luces da una apariencia de vida al cerco amoratado de aquellos ojos, a la boca dolorida, a las mejillas con dos lágrimas de cristal. Sabelita y la vieja se santiguan al terminar su rezo. Pronto cerrarán la iglesia. ¡Vámonos!

En esto desperté de mi sueño y me volví a encontrar en mi pobre casita de esta corte. Creo, añadía nuestro amigo al terminar su cuento, que con menos riqueza y a menos costa pueden los Nanares del día seducir a los Parsondes que zahieren su inmoralidad y sus vicios, movidos, no de la caridad, sino de la envidia.

Consideraban inútil su presencia en un encuentro que sólo podía terminar la muerte. Todos los curiosos abandonaron el jardín siguiendo al desmayado príncipe.

Aquel viejo oráculo, que pretendía conocer la ley, declaró que ningún médico podía ser constable, que ese hecho le había sido transmitido por su padre. Y usted es médico, me parece, aunque no sea usted más que médico veterinario; porque una mosca es una mosca, aun cuando sea un tábano dijo para terminar el señor Macey, algo maravillado por su sagacidad.

Esta escepcion es relativa á ciertas amenorreas eréticas en jóvenes que aun no han contraido el hábito á congestiones venosas, si así podemos espresarnos. Suspendemos aquí el detalle de las indicaciones del acónito en la inmensa tribu de flegmasías febriles, para terminar diciendo algo sobre las hemorragias.

Para terminar y como apuntes curiosos, extractaremos de diversos manuscritos que tenemos á la vista, algunos de los usos y costumbres que en lo antiguo tenían los indios de Tayabas. El indio de aquella provincia, pertenece á la raza pura tagala palabra que quiere decir hombre de río.

Recuerda lo que dice la gente: «¡Quien ama el peligro...!» Desembarca; vuelve con tu mujer ó ven con nosotros. ¡Tan rica vida que podrías llevar en tierra!...» Por unas cuantas horas, Ferragut fué de la opinión de Tòni. Su empeño temerario forzosamente había de terminar mal.