United States or Seychelles ? Vote for the TOP Country of the Week !


Nada bien.... Es enemistad que data desde la guerra con los franceses. Ambos son tercos, soberbios, y quizás en su juventud aconteciera alguna cosa de esas que siempre son motivo de rivalidad entre los hombres.... Alguna mujer.... Puede ser, puede ser que eso haya sido dijo ella con serenidad que tiraba a indiferencia.

Pero nuestras leyes favorecen a los pleiteantes tercos, y usted, empeñándose en seguir adelante, puede prolongar el litigio sin ningún fruto para usted y con cien probabilidades contra ninguna de ser condenada a presidio... Me retiro y le doy a usted unos días de término para que lo piense bien.

En Cintra no había en palacio grandes fiestas, sino íntimas reuniones. Morsamor y Pedro Carvallo no eran de los íntimos, no iban a palacio y en balde procuraban acercarse y hablar a doña Sol, a quien sólo veían rara vez y desde lejos. No por eso desistían ellos de sus pretensiones. Muy pertinaces y tercos eran los dos.

Yo mismo no he podido conquistarme su confianza y obediencia; tuvieron como de costumbre su conciliábulo y los muy tercos, dirigidos por ese cabeza dura que ahí traéis, Simón Aluardo, resolvieron que habíais de ser vos y no otro quien los mandara. Pero vuestro plan era reforzar la Guardia con un centenar de reclutas, barón. ¿Dónde están?

Y es de notar, que el habituar los jóvenes á estas qüestiones suele ocasionar algun daño: porque los hace demasiadamente especulativos, y á veces tan tercos, que el hábito que contrahen en ellas, le conservan en otros asuntos; y como el amor propio no cesa de incitarlos á su elevacion, por eso nunca se rinden, antes estas qüestiones especulativas los hacen vanos y porfiados.

Cuando quería marcharse, besos prietos y tercos, en que la húmeda tersura de los labios palpitaba con deliciosa laxitud, queriendo sorberle el alma. Nada de grosería ni lujuria. Estos besos eran el maravilloso límite que separa lo físico de lo inmaterial. Las bocas se unían como si tuvieran vida propia, e independiente del resto del cuerpo.

Así entendía él que servía a las Instituciones. Con rasgos como este fue haciéndose respetar poco a poco. Lo que es cara a cara ya nadie se reía de él. No le faltó perspicacia para comprender que el mundo daba mucho a las apariencias, y que en el Casino pasaban por más sabios los que gritaban más, eran más tercos y leían más periódicos del día.

Cada objeto le decía una frase, de cada observación brotaba un deseo, y a lo más puro sucedía lo más humano. Unas cosas engendraban sentimientos dulces y tranquilos que confundían el amor con la adoración: otras hacían surgir tercos e insaciables los lascivos impulsos de la carne. Sus ojos lo escudriñaron todo.

Esta nos hace incapaces de llevar á cabo las empresas arduas, y esteriliza nuestras facultades, dejándolas ociosas, ó aplicándolas sin cesar á objetos diferentes, y no permitiendo que llegue á sazon el fruto de las tareas; ella nos hace retroceder á la vista del primer obstáculo, y desfallecer al presentarse un riesgo ó fatiga; ella nos pone á la merced de todas nuestras pasiones, de todos los sucesos, de todas las personas que nos rodean; ella nos hace tambien tercos en el prurito de mudanza, y ella nos hace desoir los consejos de la justicia, de la prudencia, y hasta de nuestros mas caros intereses.

Después de fumar y beber cuanto quisieron, comenzaron a saetear mi pobre obra lindamente, y como soy amigo de la verdad, reconozco que lo hicieron con gracia. Pero los gallegos somos casi tan tercos como los aragoneses. No me di por vencido. Escribí otra, y después otra, y logré que se pusieran en escena, y fui estrepitosamente pateado. Tampoco renuncié en absoluto a la literatura, como debía.