United States or Saint Martin ? Vote for the TOP Country of the Week !


Si á veces la he estado oyendo con la boca abierta, como si oyera á todos los Padres de la Iglesia.... Deje usted eso murmuró la devota con visible disgusto. Yo no entiendo de esas cosas. Es sobre el tema de la tentación quinta de San Antón. Bien sabe usted aquello, cuando el demonio se le presentó en figura de ... de muchacha, pues....

Sepa Vd., buen amigo, que los magistrados de nuestro Massachusetts, teniendo en cuenta que esta mujer es joven y bella, y que la tentación que la hizo caer fué sin duda demasiado poderosa, y pensando, además, que su marido yace en el fondo del mar, no han tenido el valor de hacerla sentir todo el rigor de nuestras justas leyes. El castigo de esa ofensa es la pena de muerte.

Orgulloso de aquella ciencia, Mesía generalizaba y creía estar en lo firme, y apoyarse en «hechos repetidos hasta lo infinito» al asegurar que la mujer busca en el clérigo el placer secreto y la voluptuosidad espiritual de la tentación, mientras el clérigo abusa, sin excepciones, de las ventajas que le ofrece una institución «cuyo carácter sagrado don Álvaro no discutía...» delante de gente, pero que negaba en sus soledades de materialista en octavo francés, de materialista a lo commis-voyageur.

Pero fuera de esa esperanza y de lo que ha de hacerse por mirarla cumplida, en el mundo no hay nada; fuera del mal, la tentación y el error, todo es mentira.

Tanta fuerza tomó en esto, que cortó los vuelos a la tentación, diciendo: «Antes pediré limosna». ¡Oh!, si Joaquín estuviese en Madrid, no pasaría ella tan crueles angustias. Pero a París, donde estaba, le había escrito siete veces en tres meses sin obtener contestación.

En que hasta hoy está siendo Santander la primera aldea de la provincia, por sus costumbres, por sus pasiones y por un sinnúmero de pequeñeces y de miserias.... ¿Está usted vengándose de ? Líbreme Dios de semejante tentación. Es que no veo yo un motivo para que de repente se cambien nuestras costumbres, como usted lo asegura.

Por una asociación de recuerdos, volvió á su memoria el «Mon gros loup cheri», y sin saber por qué, sintió una tentación infantil de reír ante el gigantón de aspecto imponente; de arrojarse á su cuello, repitiendo, como Dios le diera á entender, aquella frase de cocotte, que debía encerrar algún misterio mágico para apoderarse de los hombres.

¿Se puede culpar esa reflexion con que el bravo oficial ha procurado sostenerse á mismo, contra la tentación de cobardía? Ese deseo del honor, ese horror á la ignominia de pasar por cobarde, ¿no ha sido en él un sentimiento? ; pero un sentimiento noble, generoso, con cuya fuerza y ascendiente se ha fortalecido contra las asechanzas del miedo, y ha cumplido su deber.

La copa era allí menos barata que en el barrio de los traperos, pero mucho mejor. Al ir a Madrid y al volver, no podía sustraerse a la tentación de abandonar el camino para contemplar los ojos de la dueña, su aire de señorío y los parroquianos de la casa, todos unos caballeros... Y con estas alabanzas aún conquistó una tercera copa.

Gallardo la devoraba con los ojos, abarcándola por entero con la exactitud de un buen conocedor que no olvida detalles. ¡Lo mismo que en Sevilla!... No; más hermosa tal vez, con la tentación de una larga ausencia. Se presentaba en elegante abandono, vistiendo una túnica exótica y con extrañas joyas, lo mismo que la vio él por vez primera en su casa de Sevilla.