United States or Japan ? Vote for the TOP Country of the Week !


La mezquita de Azzahra, templo de estupenda estructura, preciosamente labrado en todas sus partes, de noventa y siete codos de largo de la algufia á la quiblah sin contar el Mihrab, y de sesenta y uno de ancho, fué obra de cuarenta y ocho dias, habiendo An-nasír empleado en ella diariamente mil obreros entendidos, de los cuales trescientos eran albañiles, doscientos carpinteros, y los demas canteros, escultores, doradores, esmaltadores, mosaicistas, pintores, estucadores, tallistas, herreros, broncistas, etc.

Ya en el templo, dirigióse á uno de los altares, y cogió una custodia, que era de plata y de gran mérito, dejando la Sagrada Forma sobre la mesa del altar, y huyendo luego, sin ser visto de quienes pudieran capturarlo.

El sueño dorado de toda la vida de Traga-santos había sido ir á Madrid, gustar en su propio manantial el agua brotada milagrosamente al golpe del regatón de Isidro, y orar en el templo erigido al Santo en los campos que éste regó con el sudor de su frente.

No hay que negarlo; los mercaderes están aposentados en el templo del arte, y el público se hace su primer cómplice concediendo decidida proteccion á todo lo malo y escatimándola á todo lo bueno: lo que vive cuando todo conspira á su muerte, tendrá desgracia sin duda, pero no puede decirse con fundamento que carece de vitalidad.

En aquella roca se detuvo, hace veintidós siglos, el vuelo de Mahindo, el convertidor indio que se había lanzado desde las llanuras del Ganges para atraer á los naturales á la religión de Budha. Hoy se ha edificado un templo en la cima donde puso el pie el santo.

Su casa no era un templo, ni mucho menos. Habitaba en un cuarto piso de un barrio extremo. ¿Por modestia? ¿Por coquetería? No se sabe. Las pobres gentes de su barrio no se quejaban de tal vecindad; él, por su parte, las cuidaba con tanta solicitud, que algunas veces olvidaba el portamonedas a la cabecera de su cama.

El Rey y la Reina yacen de rodillas á pocos pasos uno de otra, sin conocerse, puesto que sólo alumbra al templo la escasa luz de algunas lámparas; sus oraciones, sin embargo, expresan análogos sentimientos. Al fin se reconocen; el Rey confiesa su extravío, pide perdón á su esposa, y toda la corte celebra con suntuosas fiestas la reconciliación del regio matrimonio.

Adquiría Jerez inmensa riqueza con la fama universal de sus vinos, y sobre las techumbres de las bodegas alzábase dominadora la iglesia del jesuíta. Descubría Bilbao sus minas y en seguida se presentaba el ignaciano á pedir su parte, levantando la universidad y el templo; la fábrica de autómatas y la tienda donde se vende la salvación eterna.

Anheló un puesto al servicio del templo, cobrar a principios de mes unas cuantas pesetas de manos del Vara de plata, para no ser tan gravoso a su hermano. Pero todas las plazas estaban ocupadas; sólo la muerte podía abrir huecos, y eran muchos los hambrientos que aguardaban la ocasión, alegando derechos de familia.

En un templo de hierro, tan ancho y hermoso que se parece a un cielo dorado, veremos trabajando a la vez todas las máquinas y ruedas del mundo. De debajo de la tierra, como de un volcán de joyas, vamos a ver salir, en lluvias que parecen de piedras finas, trescientas fuentes de colores, que caen chispeando en un lago encendido.