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Sustituía a su madrastra porque ésta, a causa de su debilidad, no podía mantenerse tanto tiempo en pie. La duquesa estaba en la sala de conversación rodeada de algunas amigas: allí recibía a los que iban a saludarla. El duque y Osorio, a la puerta de la antesala, ofrecían el brazo a las damas que iban llegando y las conducían hasta Clementina.

Desnoyers marchaba unido á su mujer por una rutina afectuosa. Doña Luisa, en su limitada imaginación, evocaba el recuerdo de las yuntas de la estancia, que se negaban á avanzar cuando un animal extraño sustituía al compañero ausente. El marido se encolerizaba con facilidad, haciéndola responsable de todas las contrariedades con que le afligían sus hijos, pero no podía ir sin ella á parte alguna.

En este tiempo, a nuestro Astrólogo o Mágico se lo había llevado de una aplopejía el demoñuelo zurdo que sustituía al Cojuelo, y bajó a pedir justicia a Lucifer en el güeso del alma, sin las mondaduras del cuerpo, del quebrantamiento de su redoma; y doña Tomasa, no olvidando los desaires de don Cleofás, trataba con otra requisitoria de venir a Sevilla, con un galán nuevo que tenía, soldado de los galeones, para tomar venganza casándose con el licenciado Vireno de Madrid la Olimpia de mala mano , sabiendo que se había escapado allá.

Pues bien, el santo grupo estaba disuelto: allí faltaba San José o lo sustituía un clérigo, que era peor. No se veía al marqués casi nunca; desde el nacimiento de la niña, en vez de mostrarse más casero y sociable, volvía a las andadas, a su vida de cacerías, de excursiones a casa de los abades e hidalgos que poseían buenos perros y gustaban del monte, a los cazaderos lejanos.

Y sustituía la bandera de la protesta con otra argentina, que era la más abundante, la que adornaba los cubiertos de todas las personas de problemática nacionalidad. El hombre acababa por conformarse, vencido tal vez por el perfume de la sopa que humeaba en los platos, pero atacaba su comida con un mohín de pena, como un señor a quien le han amargado la noche.

A la par de la destrucción de todas las instituciones que nos esforzamos por todas partes en copiar a la Europa, iba la persecución al frac, a la moda, a las patillas, a los peales del calzón, a la forma del cuello del chaleco y al peinado que traía el figurín; y a estas exterioridades europeas se sustituía el pantalón ancho y suelto, el chaleco colorado, la chaqueta corta, el poncho, como trajes nacionales, eminentemente americanos, y este mismo don Baldomero García que hoy nos trae a Chile el Mueran los salvajes, asquerosos, inmundos unitarios, como «signo de conciliación y de paz», fué botado a empujones del Fuerte un día en que, como magistrado, acudía a un besamanos, por tener el salvajismo asqueroso e inmundo de presentarse con frac.

Conservando un resto de vago conocimiento, sintió que las voces se alejaban; que caían los muebles; que se rompían con estrépito los vasos; que callaban los músicos; que, obscurecido el sol, lo sustituía una débil claridad de antorchas; que éstas se extinguían después; que todo quedaba en silencio.

Una caperuza de planchas de cinc sustituía ahora á la antigua techumbre para evitar que las lluvias rematasen la destrucción interna. Más adelante, después de la paz, pensarían en su renovación. Por ahora tenía demasiados habitantes... Y todas las señoras, incluso doña Elena, se estremecían, al imaginarse los miles de cadáveres formando un círculo en torno del edificio, ocultos en el suelo.