United States or Romania ? Vote for the TOP Country of the Week !


Seamos, pues, amigos; prefiero vuestra amistad á vuestro amor. ¡Mi amor! ¿sabéis si yo he amado alguna vez? ¿sabéis si puedo amar? Todos hemos nacido... He aquí una cosa indudable. Para amar... Eso no es tan claro. Si no habéis amado, amaréis. ¿Habéis amado vos? , y mucho dijo Montiño suspirando por doña Clara de Soldevilla. ¿Y amáis...?

Te daré bromas con él y reiré mucho, mucho; así me saldrá un poco de color en la cara. No quiero que mi desdicha sea una sombra en la felicidad tuya. Oigo ruido. Zoraida que se ha levantado." "1 a. m. "Me acosté delante de Zoraida, luego me finjí dormida. Ella misma apagó la luz, después de besarme en la frente. Me besó y se fue suspirando. ¡Qué buena es, qué íntima lástima me tiene!

En este estado de insensibilidad y flaqueza estaba entre la vida y la muerte, quando me sentí comprimida por una cosa que bullia sobre mi cuerpo; y abriendo los ojos, vi á un hombre blanco y de buena traza, que suspirando decia entre dientes: O che sciagura d'essere senza cogl.... Donde prosigue la historia de la vieja.

Todo sea por Dios se dejó decir Nicolás suspirando . Peor lo pasó Jesús, que pidió agua y le dieron hiel. Mascando el último bocado, salió Maximiliano para irse a clase, llevando la carga de sus libros, y mucho después almorzó Juan Pablo solo. Aquellos almuerzos servidos a distintas horas molestaban mucho a doña Lupe. ¿Se creían sus sobrinos que aquella casa era una posada?

Lo dudo. Yo no lo dudo. Lo que no me explico es cómo se ha vuelto V. tan tétrico. Me parece que es ya tarde, dijo el P. Jacinto, suspirando. Voto al mismo Satanás replicó D. Fadrique: no es tarde aún, si la dicha es buena. Vaya usted hoy mismo á ver á Doña Blanca. Infórmela de todo. Convénzala de que es libre Clara; de que los bienes que de D. Valentín ha de heredar están ya pagados.

Don Juan salió suspirando de aquel dormitorio tan blanco y tan puro, pero enorgullecido por su mujer, porque la atmósfera de aquel dormitorio había venido á ser para don Juan un testimonio de la valía de doña Clara. Sentáronse entrambos jóvenes de nuevo, el uno en un extremo, y en otro extremo el otro, de la ancha tarima del brasero.

Todos nacemos llorando, todos morimos suspirando: la naturaleza no hace diferencia entre pobres y ricos, plebeyos y nobles; y la religion nos enseña que todos tenemos un mismo orígen y un mismo destino.

Pero al acordarse de Quevedo, se acordó del duque de Lerma; al acordarse del duque de Lerma, recordó que para él le había dado una carta la abadesa de las Descalzas Reales, y que se la había dado de una manera urgente. Entonces hizo un paréntesis en sus imaginaciones, y dijo suspirando: Puesto que necesitamos vengarnos, es necesario servir á quien vengarnos puede.

Doña Luz, sonriendo y suspirando a la vez, contestó entonces: No era la preocupación por tu suerte la causa de mi tristeza: era mi egoísmo que al cabo lograré vencer. Presiento que vas a ser dichosa y esto me alegra; pero tengo celos por tu amistad. ¿Por qué no confesarlo? La única persona a quien poco a poco he ido confiando mi corazón y dando todo mi cariño, eres .

Sin embargo, accediendo al importuno empeño de Moreno, le siguió por una escalera excusada, hasta un estrecho corredor, y de allí a un pequeño cuarto con ventana interior, sencillamente amueblado con una cama, una mesa, algunas sillas, látigos y un escaparate para escopetas. Ahí tienes mi casa dijo Moreno, suspirando, echándose sobre la cama y haciendo seña a su compañero de que tomase asiento.