United States or Slovenia ? Vote for the TOP Country of the Week !


Es bien que se entienda que ni por partirse á la hora que vino Copones, ni mucho antes ni después, nuestras galeras dejaban de topar los enemigos, porque las llevaban por proa; y si habían de pasar sin ser vistas por aquel camino que determinaron y no por el Canal de los Querquenes, había de ser de noche, como partieron, y según paresce, por un griego levante que se levantó algo furioso, me paresce que dieron fondo aquella noche y estuvieron surtas dos ó tres horas entre el armada turquesca y tierra, de manera que no se excusaba la destinada pérdida, y fuera mayor, porque al amanescer se hallara más cerca de los enemigos, para no poderse escapar las que vinieron á Sicilia, y más lejos del fuerte, para salvarse por entonces las que vinieron á él.

Anduvo muy bueno este día en dar orden, y todo lo demás que se debía á su cargo y reputación. Toda la gente se embarcó, sin que los enemigos hiciesen más mal, aunque al embarcar, por darse algunos más priesa que era menester, hubo alguna desorden. Aquella misma noche se fueron las galeras y vinieron el día siguiente á hallar las naves surtas en los Secos.

Partió de Mecina el Duque con toda la armada á primero de noviembre, y no pudiendo pasar de Zaragoza por los contrarios tiempos, estuvo allí hasta primero de diciembre, que partió para Malta, donde llegaron todas las galeras, y las naves volvieron á Zaragoza; por la extremidad de los malos y contrarios vientos tardó muchos días en junctarse toda la armada y hubo grandes dificultades en ello, y en el medio que se junctaba, el gran Maestre y todos los pláticos de la costa de Berbería fueron de parescer que el armada, con el tiempo que partiese de allí, fuese al Seco del Palo, que es en la costa de África, en Trípol, y la isla de los Gelves, 85 ó 90 millas distancia de lo uno y de lo otro, y que los navíos que primero llegasen esperasen allí á los otros, y con esta resolución, con el primer tiempo, que fué á los 10 de hebrero, se hizo el armada á la vela y las naves siguieron su derrote al Seco, y las galeras fueron á los Gelves para hacer allí agua; donde allegaron fueron descubiertas dos naves turquescas surtas, la una adonde llaman la Cántara, y la otra junto á la Roqueta, y para tomarlas, algunas galeras se adelantaron, y entre ellas la Capitana de D. Sancho de Leyva, que llegó primero que nadie, y la una dellas la tomó sin haber hallado en ella persona ninguna, é aunque la nave se había entrado por una canal donde con mucha dificultad podía entrar galera ninguna, entró D. Sancho, porque llevaba consigo un Chuzamuza, cosario turco que él tenía preso, y era muy plático en aquella costa.

El día siguiente las galeras partieron de allí é fuimos al Seco del Palo, donde hallamos algunas naves de las nuestras surtas, y fueron llegando de día en día las que faltaban, y las ocho galeras que arriba digo: así por la dilación de la llegada de las naves, como por ser los tiempos muy pésimos y contrarios, al Duque le fuerza estar allí muchos días, en los cuales, así porque la gente iba muy cansada y fatigada de la larga navegación y trabajo de aquel invierno, como por la mutación de los aires y ser las aguas muy suaves, se inficionó una enfermedad y pestilencia tan grande, que se echaban cada día gran cantidad de cuerpos á la mar; é visto esto, é que aún no habían llegado algunas naves en que iba infantería española é alemana é vituallas, é que el tiempo era contrario para ir á Trípol y las naves estaban con gran peligro de dar al través como había dado la nave Capitana, acordó el Duque de tomar parescer de todos los que éramos del Consejo, para que se viese lo que se había de hacer é mas convenía al servicio de V. M. é al bien de la empresa á que íbamos.

Quedan la capitana y vizcaina En gran peligro surtas junto á tierra: Mas luego en un momento muy aína La vizcaina el ancla desafierra: Agarrando dos leguas ya camina En luengo de una costa y de una sierra; Mas no se osa meter en la mar brava Con el temor de la agua que faltaba.

Densos nubarrones cubrían el cielo: el horizonte fosco velaba los arreboles de la aurora y el viento contrario traía hacia la costa una neblina fría, envolvente en las escuadras surtas afuera.

Este Caromostafá y Luchalí vinieron aquella noche en una barca á reconocer nuestras galeras, y dieron nueva al Bajá cómo las dejaban surtas.