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»Se supone la existencia como enfermedad endémica y común al país de la disentería, y ésto no es así; pues lo que realmente sucede es que la juventud acepta allí en general costumbres que en España serían doblemente perjudiciales y de resultados mucho más rápidos.

¡Ah! señora contestó don Juan turbado y conmovido, porque el acento de la duquesa había cambiado enteramente para él. Y la dió el brazo. Temblaba tanto don Juan, como la duquesa de Gandía. Doña Clara tenía los ojos llenos de lágrimas. ¿Qué sucede aquí? murmuró don Gaspar de Guzmán dando el brazo á doña Clara. Y siguió hacia una puerta por donde se había llevado la duquesa de Gandía á don Juan.

El hambre y las enfermedades reinan ya en la fortaleza; muere el gobernador, y Guzmán le sucede en el mando; jura entonces que, mientras él viva, ningún infiel traspasará las puertas de Tarifa.

La manzanilla presenta inflamaciones que terminan por resolucion, y nunca por metástasis, como sucede en la pulsatila; ó por supuracion, como en la belladona; ó por diaforesis, tialismo y aumento de mucosidades, como en la dulcamara, el saúco, la ipecacuana; ó por derrames serosos, exudaciones de linfa plástica, como en el arsénico, brionia, mercurio; las inflamaciones de la manzanilla tienen un carácter nervioso, que no se eleva á la altura de las inflamaciones reumáticas.

Pues si ya estoy enterada, papá. Ya, ya; pero me parecía a que, en tales casos, debiera picarnos la curiosidad un poquito más de lo que nos pica... Eso es... Yo no qué canástoles me sucede contigo siempre que sale a danzar este punto... No acabo, vamos, de... En fin, que no veo a mi gusto las...

Sin embargo, como sucede en la mayor parte de nuestros grandes infortunios, aun ese grave acontecimiento trae aparejado consigo su remedio y su consuelo, con tal de que la víctima trate de sacar el mejor partido de su desgracia.

Lo mismo sucede á los que quieren hablar de las Artes, que no profesan, ni conocen; porque ¿cómo pueden fundar sus discursos en un asunto, en que ignoran los principios, que han de servir de basa á sus razonamientos, y los medios de enlazar estos principios con sus conceptos?

Amargo y dulce á la vez, ó como si dijéramos, un favor y un disfavor. ¿No queréis hacer vos mismo alguna pregunta? Si me lo permitís. ¿Os place decirme, señora, qué sucede allá en el castillo de Monteagudo? Para contestar á esa pregunta necesito posar mi mano sobre una persona cuya memoria y cuya mente estén fijas de continuo en ese castillo de que habláis. ¿Vuestra mano?

Pues si pierdes el tiempo perorando inútilmente no será nada extraño que haya quién lo aproveche y te quedes rezagado como siempre. Si así sucede la culpa será tuya, porque yo te he suplicado que no me interrumpas y no parece sino que te ha faltado tiempo para hacerlo. Está bien. Habla, pues; ya te escucho. Veamos qué es lo que tienes que contarme.

La señora González celebró que ambos jóvenes fueran amigos y luego deploró que Adriana, por la hora, hubiese tenido que marcharse. Lo malo ha sido que a usted se le ocurriese venir tan tarde, añadió dirigiéndose a Muñoz y esto le sucede por andar tan perdido de aquí, donde se le aprecia y se le quiere tanto.