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No contentos aun con esto, en 1839 se aprobó la creacion y establecimiento de una administracion subalterna, titulada del Casco de Manila, dotándola con un administrador con mil pesos de sueldo anual, un interventor con seiscientos, y que yo que mas, cuando el sistema de la renta desde su oríjen ni ha hecho necesaria esa administracion subalterna ni esos gastos, y pudiera muy bien seguir sin uno ni otro, ser lo que es, y fomentarse sin aumento de tales empleos y sueldos.

Si Fulanita tuvo tienda de sombreros, y la han puesto antes que á mi, que tengo un escudo más grande que el del Cid, con más barras que las de Aragon y más leopardos que en el San Gotardo; que Zutanita ha sido preferida cuando no mucho que decía miste que Dios; que la de más allá esta encima de la de más acá, siendo aquella una empleada subalterna, y la mamá de la agraviada siete veces usía; que mi primo el ministro me da derechos; que mi posición, que mi marido, que mi modista me los dan á , estas y otras reflexiones in mente ó in lengua mezcladas con adjetivo más ó menos duros contra el pobre autor, constituye la comidilla, del día siguiente.

Ya antes de ahora indicamos algunas de las causas, que contribuyeron al desarrollo de la poesía en este período brillante, el principal, á nuestro juicio, y el más notable en todos conceptos. No será ocioso, sin embargo, insistir de nuevo en este punto. El favor que dispensó la corte al teatro español, es sólo una causa subalterna, á la cual no debe darse importancia.

La piedra no hace allí ningún papel en lo que toca al arte; casi todo esta en yeso ó materia plástica, y en los trabajos de madera la riqueza de labor es subalterna. Esa consideracion disminuye mucho el valor comparativo de los primorosos pormenores del palacio.

No he visto ni tengo noticia exacta de las bases que se fijarian al formarse ese espediente de aumento de empleados y creacion de esa subalterna, que al fin se aprobó; mas dudo que reporte ventajas de consideracion á la renta, y creo que mas que de utilidad sea de gravámen; asi lo persuade el saber que el administrador jeneral D. Pablo Fernandez Alonso sirvió en ella muchos años sin los altos empleados que hoy tienen las oficinas jenerales, la organizó y perfeccionó, llevándola á un grado de esplendor por los productos que rendia, que es fácil conocer cotejando cómo recibió la renta y cómo la entregó á su sucesor.

No bien fallecía prójimo que dejase hacienda con que pagar un decente funeral, cuando el albacea y deudos se echaban por esas calles en busca de la llorona de más fama, la cual se encargaba de contratar a las comadres que la habían de acompañar. El estipendio, según reza un añejo centón que he consultado, era de cuatro pesos para la plañidera en jefe y dos para cada subalterna.

S. M. para resolver con acierto la consulta de la direccion, por Real órden de 17 del mismo Octubre la sometió al exámen de la junta de reformas del ramo compuesta de sus individuos mas notables por su posicion é ilustracion; y previa una detenida discusion, adoptó por muy conveniente la propuesta, consultándolo de nuevo á S. M., y el 5 del presente recayó la soberana aprobacion, no de un reglamento pomposo, pues que este ha de formarse con presencia de otros datos que se están reuniendo; no de una grande oficina, pues que ha de constar de administrador, interventor y mozo de oficio celador, personal el mas reducido para cualquiera administracion subalterna del reino; y no el nombramiento de administrador é interventor se hizo en dos favoritos, sino que la del primero recayó en un sugeto, que ademas de haber ya estado en Manila, ha sido con jeneral aceptacion jefe de una de las administraciones principales del reino y oficial de la direccion, apreciado por esta por su celo, probidad y conocimientos; y la de interventor en otro que ha sido vice-director del observatorio astronómico, de notoria ilustracion, hijo del director jeneral de loterías, cuyos servicios y padecimientos son tan sabidos; y ambos por fin patriotas sin tacha alguna.

Me apoyé en la baranda y reí viendo la agitación efímera de aquella humanidad subalterna que se consideraba libre y fuerte, mientras allá arriba, en la habitación de un cuarto piso, yo tenía en la mano, en un sobre lacrado, el principio de su flaqueza y de su esclavitud.

Lo deseaba, ; pero como tenía su criterio formado y su invariable línea de conducta trazada, no daba un valor excesivo a lo que de la visita pudiera resultar. Véase por dónde la fuerza de las circunstancias había puesto a doña Lupe en una situación subalterna, y el pobre chico, que meses antes no se atrevía a chistar delante de ella, miraba a su tía de igual a igual.