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Yo quise hacer señas á mi mujer de que se levantara, á fin de abandonar el restaurant Champeaux; pero no era tiempo. Los caballeros garçones nos habian sitiado, y no habia más remedio que sostener el sitio. Pero ¿por qué queria yo abandonar el brillante salon, aquella brillante coquetería del civilizado Paris? Lo queria abandonar por dos razones.

Otra cosa eran las artes del dibujo, y en este punto el atildado pendolista no vacilaba en sostener que con la pluma hacía, si no prodigios, arabescos muy agradables; el arabesco era su dibujo favorito, porque se enlazaba con sus facultades de escribiente, y además también tenía cierto parecido con la música por su vaguedad e indeterminación.

Se adivinaba en ellos al batallón predestinado que siempre llega á tiempo para sostener los choques más rudos; el que aparece puntualmente en los lugares de mayor peligro, con esa mansedumbre heroica del fuerte, que deja que le exploten, y trabaja, no sólo por él, sino por todos los demás que trabajan menos. ¿Dónde no habían peleado estos hombres?

Pero la corriente era poderosa y muy pronto comprendió el animoso doncel la dificultad de sostener á flote el cuerpo de Tránter y nadar al propio tiempo hacia la orilla. Á pesar de los más vigorosos esfuerzos no parecía ganar una línea.

Paco Luján sintió que el corazón entero se le derretía en lágrimas, y acudió a sostener al niño, que parecía próximo a desfallecer; tenía una herida en la frente y manaba de ella sangre en abundancia, que corría por su rostro y teñía ya su camisa.

A su señor abuelo le conocían todos en la isla y con todos hablaba, pero guardando una gravedad que imponía respeto a las gentes sin alejarlas. ¡Pero de esto a ser amigo suyo!... Tal vez le habría tratado con motivo de alguno de los préstamos que necesitaba don Horacio para sostener su fortuna en plena decadencia.

Poco después, tras de sostener con ella un largo coloquio, volvió adonde estaba Magdalena, que no lo había perdido de vista ni un instante y así que lo vio a su lado le preguntó con la mayor indiferencia que pudo aparentar: ¿Qué baile te ha concedido?

Edmundo Rostand ha dicho que el asunto de «Chantecler» se le ocurrió bruscamente una tarde que, al regresar á Villa Arnaga, entró en el corral de una casa de labor á beber un vaso de leche. Mientras le servían, el poeta examinó el sitio donde estaba: sobre un montón de paja y de estiércol había varias gallinas, un pato, un perro, un mirlo en una jaula... y todos parecían sostener animado diálogo.

Ahora confiesa todas las semanas y comulga todos los domingos, y por eso no gusta de ver a las gentes que la han conocido en tiempos en que, más que ir a misa, agradábale acudir a una cita. Poco deseoso Delaberge de sostener una conversación que comenzaba de este modo, hizo ademán de proseguir su camino, cuando la Fleurota, poniéndose en pie, añadió sonriendo con malicia.

Creedme, el duque de Lerma no es tan terrible como parece; el duque de Lerma nada puede hacer por solo; no tiene de grande más que lo soberbio... Y lo ladrón... Su soberbia, que le impele á competir con el rey, le hace arrostrar gastos exorbitantes; en nada repara con tal de sostener su ostentación y el favor del rey, que es una parte, acaso la mayor, de su ostentación.