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Ese es mi secreto repliqué yo con una sonrisita misteriosa. Y quemando mis navíos: Señor cura: yo no lo que os puede haber hecho ese pobre Francisco I. ¿No sabéis que tenía mucho juicio? Llevaba vida alegre, y amaba prodigiosamente a las mujeres. Y los ojos del cura se abrieron de tal modo que tuve miedo de verlos reventar.

Algunos amigos verdaderos, o por lo menos partidarios declarados del Magistral, paseaban por el Espolón; pero no se atrevían a acercarse al ilustre Vicario general; llevaba cara de pocos amigos, a pesar de su sonrisita dulce, clavada allí desde que se veía en la calle.

Vean, oigan esto... Un buen día, viene a verme mi hermana... Dicho sea de paso, ella hacía causa común con toda esa gentuza... Entra, pues, en mi aposento, mostrando en sus labios la sonrisita falsa que adoptan las solteronas cuando se hace alusión delante de ellas a la manera cómo vienen al mundo las criaturas. Tengo que hablarte, Jorge me dice, tosiendo afectadamente, sin mirarme.

Don Timoteo saludaba por aquí, por allá; enviaba una sonrisita, hacía un movimiento de cintura, un retroceso, media vuelta, vuelta entera, etc., tanto que otra diosa no pudo menos de decir á su vecina, al amparo del abanico: ¡Chica, que filadelfio está el tío! ¡Mia que paese un fantoche! Despues, llegaron los novios, acompañados de doña Victorina y toda la comitiva.

Y revolvió los ojos en todas direcciones, como buscando debajo de alguna mesa o en lo alto de algún étagére a la nueva camarera. Pero ¿quién es?... ¿Quién es? gritaron todos. Isabel Mazacán dejaba escapar una sonrisita maliciosa, como quien saborea un triunfo anticipado; presentó una copa a Paco Vélez para que se la llenase de whisky, vacióla de un trago, y acabó al fin de soltar la bomba.

De modo que tenía muchísima razón la buena señora cuando, al despedirse y después de haberle ofrecido de nuevo su casa, le llamó, con una sonrisita y un ademán muy maliciosos, «¡ingrato!» ¿Quién, pues, como Leticia, para oírle con cariño, informarle sin pasión y aconsejarle con acierto? En estas y otras tales, ya llegó la hora de comer, y Ángel tuvo que sentarse a la mesa.

Pero padece una verdadera sed de alabanza: y no como quiera, sino que necesita oirla él mismo, asegurarse de que en efecto se le alaba, complacerse en ella con delectacion morosa, y corresponder á las buenas almas que le favorecen, expresando con una inocente sonrisita su íntimo goce, su dicha, su gratitud. ¿Ha hecho alguna cosa buena?

Cuando los mozos se nos acercan, algunos con sonrisita galante y atenciones exageradas, ridículas, otros mirándonos serios, callados, como seguros de conquistarnos en cuanto abran la boca y se decidan, en seguida te encuentras en la gloria y respondes de la mejor manera posible a sus chistecitos amables y a sus miradas irresistibles.

Oye hablar de Dios, sonrisita; oye hablar de reyes, sonrisita; oye, en fin, hablar de todo lo corriente en los pueblos regidos por leyes, usos y costumbres a que estamos avezados usted y yo, sonrisita.

Muy bien hecho, Leto dijo Nieves volviendo a mirarle con la misma sonrisita maliciosa . Eso es lo que debe hacerse siempre con los claveles que se caen de la boca... y no lo que se hizo con uno que yo recuerdo... Rojo era también y doble, si no me engaña la memoria... y en el suelo se quedó el infeliz... Verdad que no valía la pena de ser guardado, porque la boca de que se había caído era la mía.