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Pero como el espíritu de la mujer es por condición ingénita un poco incoordinable y caótico, sus maneras de expresión, tendientes al charloteo, a imitación del grifo suelto, se rebela a la sintaxis que es la disciplina del discurso. Hartas disciplinas de hecho y de derecho tenemos las mujeres para someternos también a ésta de la gramática. Nuestra única libertad en el mundo es la sintáctica.

Sea cual fuere el resultado que nos diere el exámen filosófico de las relaciones entre el mundo ideal y el real, es preciso someternos á esa necesidad de nuestra naturaleza, que nos hace creer en la existencia de dichas relaciones.

4 Y eso a pesar de los falsos hermanos, que se entraban secretamente para espiar nuestra libertad que tenemos en el Cristo Jesús, para ponernos en servidumbre; 5 a los cuales ni aun por una hora accedimos a someternos, para que la verdad del Evangelio permaneciese con vosotros.

Dócil y humildemente, debemos someternos a cuantas pruebas nos envía... Como cuenta de Job la Biblia, debemos resignarnos con nuestro destino. Sin la voluntad del Todopoderoso, ni un solo cabello puede desprenderse de nuestra cabeza.

Se figuran que no somos capaces sino de arañarles la cara. Es preciso que vean que también sabemos hablar. Es absolutamente inútil, puesto que la fuerza está de su parte. No tenemos más remedio que someternos. CLEOPATRA. ¡Detenedla! La fuerza, Verónica, no es el derecho, como dicen los jurisconsultos romanos.

Pepe añadió: Menos las enfermedades, escaseces, disgustos y otros obsequios... Con todo lo cual se prueba el temple del alma y se depura la virtud. La desgracia es el crisol de la fe. Y pasa uno la vida que es un gozo: aunque yo creo que eso de someternos a pruebas es calumnia que levantáis al Ser Supremo. ¡Ah! ¿Llamas a Dios el Ser Supremo? ¿Eres libre pensador? ¡Quién sabe lo que uno es?

Después hablaba de Augusto y sus legiones, venidos a Cantabria expresamente para someternos al yugo romano; de que tal era nuestro empuje, tal «nuestro» valor y tal «nuestro» apego a la independencia, que el César había necesitado seis años para triunfar en un empeño que le había parecido obra de pocos días; de los horrores de esta guerra bárbara entre inaccesibles peñascales y profundos y sombríos barrancos, donde rugían las aguas tintas en la sangre de «los nuestros» y de los aguerridos legionarios.

Las buenas nuevas: que podemos someternos a un nuevo Rey y no tenemos que servir a la carne, al mundo, o a Satanás ni un momento más. Gentiles. Gente; paganos, inconversos; incircuncisos de carne y/o de corazón. Gracia.

La idea de erguirse ante los poderosos y humillarse ante los humildes, que, haciendo al hombre gentil con las mujeres, blando con los niños y duro con los bellacos, viene suprimiendo el látigo en las escuelas, las cadenas en las prisiones y el garrote en los hogares, esta idea matriz de la civilización contemporánea, derivada del principio de la igualdad de todos los hombres, es un concepto nuevo de la personalidad, procedente del derecho humano, en contraposición al derecho divino y netamente expresado por Jaurés el 11 de Febrero de 1895, en la cámara de diputados de Francia, en estos términos: "Si Dios apareciese delante de la multitud en forma palpable, el primer deber del hombre sería rehusarle obediencia, y considerarlo como un igual con quien las cosas han de ser discutidas, no como un amo a quien debemos someternos".