United States or Central African Republic ? Vote for the TOP Country of the Week !


Y el resultado era que los dóciles churros, al día siguiente, en vez de ir al campo, presentábanse en masa á los dueños de las tierras. Mi amo: venimos á que nos pague. Y eran inútiles todos los argumentos de los dos solterones, furiosos al verse atacados en su avaricia. Mi amo respondían á todo : semos probes, pero no nos hemos encontrao la vida tras un pajar.

La verdad exige declarar que en este caso los recalcitrantes fueron los hombres y no las mujeres. Los solterones son los que han producido las solteronas.

Se está organizando un paseo al Salto, de ambos sexos. ¿Quién lo da? ¿Saben la descrestada de Fulano?... Una bolsa, un círculo literario, un areópago, una coteríe, un salón de solterones, una coulisse de teatro, un forum, toda la actividad de Bogotá en un centenar de metros cuadrados: tal es el Altozano.

Sus días se deslizaban serenos, risueños, libando voluptuosamente la corta cantidad de miel que sólo proporciona este valle de lágrimas a los solterones ricos y sanos. Desgraciadamente la impetuosidad absurda de su última querida había venido a turbar el curso sereno de estos días. Hacía ya algún tiempo que el viejo seductor comprendiera que le convenía cortar estas relaciones enfadosas.

A tu primo no le gustan más que las casadas. ¡Valiente tuno! dijo Fortunata moviendo la cabeza, como quien comprende tarde lo que debió de comprender antes. Estos solterones vagabundos y ricos son así... Están viciosos, estragados, mimosos; y como se han acostumbrado a hacer su gusto, piden mediodía a catorce horas.

Egoísta como todos los viejos solterones, serio como todos los magistrados, flemático como todos los ingleses, ocultaba bajo la beatífica rotundidez de su cuerpo una cierta dosis de sensibilidad. La salud le parecía un don tan precioso, que hubiera querido repartirla entre todo el mundo. Había conocido al joven inglés de Pompeya y había seguido de cerca las diversas fases de su curación.

Muchas matronas de peso, que hoy han trepado la cima de los cincuenta, eran criaturas adorables entonces y esperaban con las manos llenas de flores y coronas el desfile de sus guerreros predilectos, hoy maridos vichocos o solterones embalsamados, que purgan el delito de su inconstancia en el Club del Progreso reflexionando sobre una mesa de dominó.