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Escribíanse para solemnizar las fiestas de cada uno, y correspondiendo á la expectación del público, que deseaba presenciar los rasgos más notables de la existencia del celebrado en ciertos días, sus milagros, etc., ofrecían en su exposición no escasa variedad escénica, á propósito para recrear la vista y edificar el ánimo en el sentido expresado.

Las fiestas reales, en que con mayor o menor lucimiento se han lidiado toros para solemnizar algún suceso fausto y aumentar el regocijo público, están mencionadas en el libro del señor conde con escrupulosidad y con prueba de documentes fehacientes, desde las que hubo en el año de 1144 en León para celebrar las bodas de doña Urraca, hija del rey Alfonso VII, hasta las que hubo en Sevilla en 1877 para obsequiar al rey D. Alfonso XII.

El argumento de la fábula es, en pocas palabras, el siguiente: Dos caballeros españoles, amigos, Don Jerónimo y Don Pedro, se encuentran tras larga separación en Zaragoza, en cuya ciudad se celebraban diversas fiestas, para solemnizar la vuelta á España de Carlos V. Don Jerónimo dice á su amigo, en confianza, que una dama, llamada Doña Violante, ha inflamado su corazón con un amor ardiente; pero que los celos le atormentan, sospechando, por algunos indicios, la existencia de un rival, que también la ama; finalmente, ruega á Don Pedro que le ayude á descubrirlo.

Ellas lo aprueban, y la afortunada da su mano al Príncipe; para dejar á la otra satisfecha se presenta un hermano de Rosbel, que ha peregrinado largo tiempo por el mundo, buscando á su perdido hermano, y extrañando sobremanera encontrarlo vestido con tan humilde traje: ofrece, pues, su mano á la segunda hermana, y se termina la comedia, celebrando el viudo una fiesta con música y baile para solemnizar el casamiento de sus hijas con dos príncipes.

Ojeda sintió la necesidad de solemnizar con algo extraordinario esta última noche, y pidió champán. Una botella para los dos, ¿le parece bien, Maltrana? Saludamos al río de la Plata; presentémonos alegremente ante la fortuna que nos espera... ¡Por nuestra suerte!

Merece también conocerse lo que refiere Ortiz de Zúñiga en los Anales de Sevilla, puesto que menciona representaciones hechas en el año 1327 para solemnizar la entrada de Alfonso XI en dicha ciudad: «De Córdova vino el Rey á Sevilla, y aunque no consta el día de su entrada, estava en ella á 10 de julio, y fué recibido con la solemnidad que pondera su crónica.

El 6 de noviembre del mismo año se representó La fiera, el rayo y la púrpura, para solemnizar el natalicio del Rey sólo ante los cortesanos, repitiéndose luego para el público desde el 11 al 25. Con motivo de estas representaciones públicas se mencionan los diversos asientos de los espectadores, llamándoseles de esta manera: Aposentos del primero, segundo y tercer suelo. Cazuela. Taburetes.

¡Lástima que no haya llegado el estudiante para solemnizar debidamente toda la Noche-Buena! Porque ésta tiene en la aldea varias peripecias. Después del placer de preparar la cena y del de tragarla, falta el de la llegada de los marzantes, por los cuales ha preguntado ya muchas veces el vapuleado chicuelo, á quien, la verdad sea dicha, preocupan todavía más que la tardanza de su hermano.

Ahora, el mismo presentimiento le avisaba una reconciliación de los dos hombres, cuyos bultos distinguía confusamente. ¡Bendito sea el Cristo del Grao!... Y al saber que el capitán se quedaba á bordo hasta la tarde, se lanzó á la confección de uno de sus arroces magistrales, para solemnizar la vuelta de la paz. Poco antes de la puesta del sol, Ulises se encontró con su amante en el hotel.

Pues pensaba ir a pasar con ellos todo el mes de agosto y quedarse allí hasta el 8 de septiembre, para hacer con toda la familia la novena de la Virgen de Regla... Luego venían las preguntas sin fin, después los encargos sin cuento, y, a lo último, el trueno gordo, lo que había de hacer estallar de gozo y de consuelo el corazón de su pobre viejecita... El día 3 de julio, aniversario de la muerte de su padre, iría a confesar y comulgar, para solemnizar en lo posible aquella tristísima fecha.