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¿Por qué vamos a suponer que el hombre que habla es más consciente de lo que hace que el hombre que tira tiros? Si Carlos Marx no hubiese escrito El Capital, los oradores socialistas, o no dirían nada, o dirían unas cosas muy distintas de las que dicen.

Es preciso hacer llorar á las muchedumbres, cuyo corazón está endurecido por la pasión política, cuya mente está extraviada por las ideas de vanidad que les han imbuído los socialistas.

De aquel caos había de salir la Restauración, y la política del partido dirigía, por lo tanto, todos sus esfuerzos a excitar y mantener el desorden. Una palabra imprudente del general reveló a los más avisados que estaba bien al tanto de aquellos manejos: preguntó a la señora de López Moreno si, al salir ella de Madrid, no se decía nada en la corte de levantamientos socialistas en Andalucía.

Todos ustedes saben que el local destinado en nuestro cementerio municipal y subrayó la palabra a los cadáveres no católicos, digámoslo así... Orgaz hijo sonrió. Ya , joven, ya que he cometido un lapsus. Pero no sea usted tan material. Aquel grupo de progresistas y socialistas serios miró en masa al mediquillo impertinente con desprecio.

Este sistema autocrático comprendía las maneras de gobernar más que las ideas y soluciones teóricas, porque entre las que profesaba Rubín habíalas marcadamente avanzadas, populares y aun socialistas.

Pero aun valiéndose de este auxilio, el español sabía poca cosa de su existencia. Algunas veces nombraba á Jaurés y á otros oradores socialistas. Su medio de vida más seguro era traducir para los periódicos del partido. En varias ocasiones se le escapó el nombre de Siberia, declarando que había estado allá mucho tiempo. Pero no quería hablar del lejano país visitado contra su voluntad.

Remito al lector a los socialistas, hijos legítimos de los economistas y sus más crueles y acérrimos adversarios. Aun que la Economía Política no tuviese más pecado que el haber criado a sus pechos al socialismo, no podría ser absuelta del todo.

Desde el kiosco que ocupaba la música los domingos, hablarían los amigos del pueblo, aquellos obreros de Bilbao emancipados del yugo de los patronos, que se dedicaban á la propaganda de las doctrinas socialistas y á la organización de las fuerzas obreras.

Es cosa que no comprendo... ¡que algunos tengan tanto y otros tan poco!... Me enfado con papá cuando le oigo decir palabrotas contra los que quieren que se reparta por igual todo lo que hay en el mundo. ¿Cómo se llaman esos tipos, Pablo? Esos serán los socialistas, los comunistas replicó el joven sonriendo. Pues esa es mi gente.

El siglo ha progresado hasta el punto de que los socialistas tienen la pretensión de apoderarse mañana de todo lo que yo poseo, y en medio de esta ruina de todos los derechos, de todas las autoridades y de todas las jerarquías solamente la justicia ha de ser intangible... ¡No, por cierto!