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Tales cosas no pueden tratarse de otro modo. Esto queda de usted para , y el primero que lo ha de ignorar es Bringas... En el seno de la confianza, de la amistad honrada y pura, yo puedo ofrecer lo que me sobra y usted aceptar lo que le falta sin menoscabo de la dignidad de ninguno de los dos».

Nada mas que setenta y dos, dixo el académico, y todos los dias nos lamentamos de tanta escasez; que nuestra imaginacion se dexa atras nuestras necesidades, y nos parece que con nuestros setenta y dos sentidos, nuestro anulo, y nuestras cinco lunas, no tenemos lo suficiente; y es cierto que no obstante nuestra mucha curiosidad y las pasiones que de nuestros setenta y dos sentidos son hijas, nos sobra tiempo para aburrirnos.

Podíamos entrar un momento, ¿no le parece, don Luis? Nos queda tiempo de sobra. ¿Usted, indudablemente, no habrá visto á la Virgen desde que le coronaron como Señora de Vizcaya? Pues está muy bonita. Entremos y yo pediré un poco por el desgraciado don Tomás. Aresti se dejó conducir.

No tenéis razón para llamarme torpe, porque es incomprensible el objeto de Quevedo. Lo que á ti te falta de ingenio, le sobra á Quevedo, Lerma. Pero en esta ocasión... Dime: ¿no es tu querida Dorotea? . Aún no me comprendes. Será necesario llegar al fin. Dime: ¿no harás cualquier locura por evitar que Dorotea te humillase despidiéndote? Según, según. No hay según. eres todo soberbia.

Don Juan aflojó el embozo, y subiendo hasta sus labios la mano de Cristeta, se la besó con más fervor que si la tocara por vez primera, diciendo al mismo tiempo: Traigo dinero de sobra; vengo dispuesto a todo... Por ahora, paciencia continuó ella , tengo que irme en seguida; pero... pocas horas faltan. Mañana a las dos de la tarde ven a mi casa. ¿Entiendes?

Mi madre se pasaba casi todo el día con mi abuela; pero no quería ir a vivir con ella, conociendo de sobra el carácter dominador y absorbente de doña Celestina. La casa de mi abuela se llamaba Aguirreche, en vascuence, Casa de Aguirre, y era, y sigue siendo, de las mejores del pueblo.

Hemos hallado en su persona los mismos síntomas de abatimiento y he dicho y he escuchado casi las mismas palabras que en la anterior entrevista; así, que casi no puedo decir a usted nada nuevo que se refiera a su estado, pues de sobra lo conoce. »Ni tampoco tengo nuevas noticias que darle en todo lo que a afecta.

No quiero llegar a otras menudencias, conviene a saber, de la falta de camisas y no sobra de zapatos, la raridad y poco pelo del vestido, ni aquel ahitarse con tanto gusto, cuando la buena suerte les depara algún banquete.

Si son para el señor doctor repuso el buen viejo por fuerza han de ser las más hermosas. Ahora mismo voy a abrir los invernáculos donde están las más raras y allí hay de sobra donde elegir, si no bastan las de los parterres. » ¡Ay, qué gusto! exclamé palmoteando de alegría. ¿Y podemos llevarnos las que queramos? » ¿Todas, todas? preguntó Magdalena.

Un matador debe mostrar que le sobra el dinero en el ornato de su persona y convidando generosamente a todo el mundo. ¡Cuán lejos estaban los días en que él, con el pobre Chiripa, vagabundeaba por la misma acera, temiendo a la policía, contemplando a los toreros con admiración y recogiendo las colillas de sus cigarros!... Su trabajo en Madrid fue afortunado.