United States or Iran ? Vote for the TOP Country of the Week !


Un gato empuja la puerta y llega sigiloso hasta la cama de la muerta, donde comienza a maullar tristemente, con largos intervalos. Tras el gato entra Benita la Costurera. ¡Doña Monchiña, ni agua caliente había! Tuve que encender unas pajas... Parece talmente que entraron aquí los facciosos.

Ascendían, trazando en los espacios gigantescas curvas, tronaban en lo alto, y de la explosión brotaban raudales de polvo de oro, centenares de luces que al descender semejaban una lluvia de piedras preciosas. La charanga se soltó tocando el Himno Nacional. Dominó Gabriela su abatimiento, y me dijo en voz baja, con expresivo acento sigiloso: Hoy le contesté a Ernesto.

Menester era resignarse y callar. ¿Quién, desde la India, por poco sigiloso y por muy jactancioso que fuese, había de tener el capricho de hacer saber en Viena que Poldy, la orgullosa, la siempre esquiva, con condes, con príncipes y hasta con archiduques, se había humillado a escribirle cosas de amor, sin saber quien era e ignorando hasta su nombre?

En la primera mocedad, dotado D. Fadrique de tales prendas, y siendo además bello y agraciado de rostro, de buen talle, atrevido y sigiloso, consiguió que lloviesen sobre él las aventuras galantes, y tuvo alta fama de afortunado en amores. Después de terminada la rebelión de Tupac-Amaru ascendió á capitán de fragata, y su reputación de buen soldado y de sabio y hábil marino llegó á su colmo.

Fray Miguel no veía ni se forjaba en la mente un campeón que todo lo dirigiese y que se llevase la palma. Por bajo del pueblo estaban o surgían todos los campeones. Alborotados los reinos de Castilla y Valencia por las comunidades y germanías, allá en su pensar sigiloso Fray Miguel no estimaba mucho al joven, extranjero y ausente Emperador.

Imagínatela como un hermoso jardín. ¿Dejará de ser suyo y perderá el jardín su lozanía y sus primores porque un forastero de buen gusto y sigiloso entre en él por algunos momentos o de cuando en cuando y goce de sus flores, de su verdura y de sus galas? Señor don Andrés, el jardín de que aquí se trata no tiene verduras ni flores sino para su amo.

Don Paco, después de vagar en la soledad por espacio de dos días y después de tantas penas, emociones y lances, anheló para desahogo confiarse por completo con alguien. ¿Y con quién mejor que con el maestro de escuela, hombre de bien, sigiloso y tan excelente y desinteresado amigo, primero de Juanita y de él más tarde? La mujer del alguacil fue, pues, a llamar a don Pascual de parte de don Paco.

De pronto, como el peregrino sediento que escucha un vocerío de caravana más allá del horizonte, el morisco inclinó todo su cuerpo, hacia el costado, y llevándose la mano al oído, aguzó su atención. Ramiro creyó distinguir entonces una voz como lejana, un canto sigiloso y triste. Era, sin duda, la voz del almuédano, la convocación exterior del idzan, en algún terrado vecino.

La leyó sin emoción, con la sonrisa en los labios, burlándose en su interior del engaño que sus enemigos padecían. Sin embargo, como al fin y al cabo era una injuria la que venía allí escrita, resolvió castigar a los insolentes, aunque no de un modo trágico. Por la noche se introdujo súbitamente de modo sigiloso en la redacción del Joven Sarriense.

Además, mi tío es muy sigiloso y no dirá nada á nadie. ¿No es verdad tío? Descuide V., señorita respondió el Comendador, encarándose con Doña Clara, que se puso más encarnada aún: nadie sabrá por quién ha inspirado el idilio, que es, por cierto, precioso. El Comendador advirtió que Clara se tranquilizaba, si bien no acertó, con la turbación, á pronunciar palabra alguna.