United States or United Kingdom ? Vote for the TOP Country of the Week !


¡Oh! papá, me siento como si me ahogara. No hubiera podido creer que hubiese gente que viviera de este modo, tan aglomerada. ¡Qué lindas nos van a parecer las Canteras al regresar! Hija mía, a también me parece esto feo ahora, y además hay mal olor. No puedo convencerme de que el olor fuera antes tan desagradable.

Esta cabeza se me ha trastornado. Figúrate que a ratos...». Diciendo esto la miraba de hito en hito, y Fortunata no sabía disimular bien el terror que aquellos ojos le causaban. «Figúrate que a ratos me siento tan estúpido, pero tan estúpido, que creo tener por cabeza un pedazo de granito. No salta aquí una idea aunque me con un martillo.

En cuanto al trato que recibe, se nota grande empeño en agradar cuanto se puede al Príncipe y á sus servidores, y los mismos criados del Rey les sirven en la mesa en el palacio, en donde siento oir á algunos burlarse de las cosas de España, y hablar y comportarse con poco respeto.

Su espíritu no era bastante sutil como para adivinar qué causa había podido causar aquella extraña inversión de las relaciones entre el padre y el hijo que importaba aquella intención de Godfrey de darle cien libras esterlinas. La verdad es, mi padre... lo siento mucho... que hice muy mal. Fowler pagó como dijo las cien libras esterlinas. Me las entregó cuando fui allá, el mes pasado.

Y no fué sin gran sorpresa que la terminar nuestra conversación con estas palabras: Ha llegado el momento de decirle, señor, que le estoy profundamente agradecida por sus cuidados; que cada día me agrada más su compañía y siento más estimación por su persona.

»Hasta siento a veces tentaciones de ir a hacerme matar en África, ante el temor de que me falte la fuerza de ánimo suficiente para darme la muerte por mismo. »No si tengo cabal el juicio. Perdone usted, Antonieta, estas incoherencias y con ellas mi silencio y el mal efecto que haya podido causarle. Tenga usted en cuenta mis sufrimientos. »¿Recuerda usted el consejo que da Hamlet a Ofelia?

Pero dame acá la mano y atiéntame con el dedo, y mira bien cuántos dientes y muelas me faltan deste lado derecho de la quijada alta, que allí siento el dolor. Metió Sancho los dedos, y, estándole tentando, le dijo: ¿Cuántas muelas solía vuestra merced tener en esta parte? -Cuatro -respondió don Quijote-, fuera de la cordal, todas enteras y muy sanas.

Y siguió hacia el convento, oyéndose en el silencio de la noche su clara y buena voz, que cantaba: Mi mujer y mi caballo, se me murieron a un tiempo. ¡Qué mujer ni qué demonio! Mi caballo es lo que siento. Vete a acostar, Manuel, y liberal le dijo su madre cuando llegaron. De eso cuidará mi mujer respondió este . ¿No es verdad, morena?

Contemplándolo, siento el entusiasmo de la admiracion, no la veneracion de la fe: creo ver estátuas de héroes, no efigies de santos: me acuerdo de Alejandro, de César, de Anníbal; no me acuerdo de Dios: me ecuerdo de Chipre y de Vénus; no me acuerdo del monte Calvario, ni del Redentor, ni de la Vírgen, ni de la Magdalena: me acuerdo de la gloria; no me acuerdo de la Pasion.

¡Con cuánto gusto lo vería! suspiraba. Dudar del consentimiento de la condesa era para ella una locura. Si hacía esperar su petición, era que quería venir en persona... Estoy segura de que está en camino; lo adivino, lo siento... ...La puerta se abrió... Y la anciana volvió la cabeza estremeciéndose... Pero no era más que el tío Marcial, que venía a hacer amablemente el servicio de la oficina.