United States or Croatia ? Vote for the TOP Country of the Week !


»Esos lindos piececitos que apenas pueden llevarla, están pidiéndote un coche. Es cuestión de un mes de economía; no es, pues, cosa de oponer ningún reparo. »Cuando sientas fatigado tu cuerpo, dile que te mire; cuando sientas cansado tu espíritu, haz que te sonría. »Ya tiene granja y coche; ahora le faltan joyas.

Estoy segura, y hemos sido muy locos al no pensar en ello. ¡Dios mío! Sin esa imprevisión imperdonable, no hubiera ciertamente educado a Blanca aquí con él. ¡Oh! no sientas lo que has hecho, Hermancia; no sientas haber salvado a tu hermano de la desesperación...

Te la expondré en forma de máxima, como hacemos siempre los sabios para acreditar vulgaridades: «si quieres conservar el amor que sientas por un hombre, con todo lo que de este amor se sigue y se desprende, no te cases con él». ¡Cáspita! Así como suena, hija mía. Parece duro y un si es no es atrevido; pero es la pura verdad.

Aprende a sentarte bien en la silla; para que no parezcas colegial o sacristán que va diciendo: «¡Para la misa de doce!».... Pon cuidado; te sientas a plomo, naturalmente, sin echarte ni para atrás ni para adelante; nada de estirar las piernas como un gringo, sueltas, sueltas.... Ya veremos. Si lo haces mal me voy a reír de , y te harán burla las muchachas.

Teresina, grave, con la mirada en el suelo, entró con el primer plato, que era una ensalada. ¿No te sientas? preguntó al Provisor su madre. No tengo apetito... pero tengo mucha sed.... ¿Estás malo? No, señora... eso no. ¿Cenarás más tarde? No, señora, tampoco.... El Magistral ocupó su asiento enfrente de doña Paula, que se sirvió en silencio.

Nieves, que toda era ojos y respiración, para gozar a sus anchas de la luz y los aromas de que estaba inundada la campiña, adivinando la malicia envuelta en la pregunta de Catana, contestó a la de su padre, sonriéndose con la rondeña: Es una salida como otras suyas, por no mentir. Teme que lo sientas si te dice que no la gusta... por lo menos tanto como...

En fin, creo necesario que imagines con nuestra fantasía, que pienses con nuestra inteligencia, que sientas con nuestro corazon, que esperes con nuestra esperanza; si es posible, que vivas con nuestra propia vida, uniéndote á todas nuestras impresiones, haciéndote parte en nuestra causa, á fin de que te familiarices con esta sociedad, de que cobres cariño á este personaje.

¡Mi hermano, mi desgraciado hermano! exclamó Roger. ¡Hugo ha muerto! Te trató en vida como á mortal enemigo, Roger, y no veo fundado motivo para que tanto sientas su muerte. Era el único pariente que me quedaba en el mundo. Pero ¡qué noticias! ¡Cuánto inesperado desastre! Oid, señor barón.

Es cierto que desde allí se dominan los campos de Pluviosilla; pero ¡ay! sólo un poquito, muy poquito, los cerros de Villaverde; nada más la punta del Escobillar. ¡Cuánto hubiera yo dado por ver, aunque fuera desde tan lejos, esa peña en la cual te sientas a contemplar la puesta del sol.

Y que te brinde copa reluciente, Y al apurarla lleno de embriaguez, En la lengua te pique una serpiente, Que surja enfurecida de la hez. Luego te traiga naipes caldeados, Y te obligue con ellos á jugar, Y sientas por tus dedos abrasados Tu negra sangre á chorros destilar.