United States or Nepal ? Vote for the TOP Country of the Week !


Que considerase que, no acaso, como parecía, sino con particular providencia del cielo, se habían todos juntado en lugar donde menos ninguno pensaba; y que advirtiese -dijo el cura- que sola la muerte podía apartar a Luscinda de Cardenio; y, aunque los dividiesen filos de alguna espada, ellos tendrían por felicísima su muerte; y que en los lazos inremediables era suma cordura, forzándose y venciéndose a mismo, mostrar un generoso pecho, permitiendo que por sola su voluntad los dos gozasen el bien que el cielo ya les había concedido; que pusiese los ojos ansimesmo en la beldad de Dorotea, y vería que pocas o ninguna se le podían igualar, cuanto más hacerle ventaja, y que juntase a su hermosura su humildad y el estremo del amor que le tenía; y, sobre todo, advirtiese que si se preciaba de caballero y de cristiano, que no podía hacer otra cosa que cumplille la palabra dada, y que, cumpliéndosela, cumpliría con Dios y satisfaría a las gentes discretas, las cuales saben y conocen que es prerrogativa de la hermosura, aunque esté en sujeto humilde, como se acompañe con la honestidad, poder levantarse e igualarse a cualquiera alteza, sin nota de menoscabo del que la levanta e iguala a mismo; y, cuando se cumplen las fuertes leyes del gusto, como en ello no intervenga pecado, no debe de ser culpado el que las sigue.

Mientras escuchaba las protestas de amor que su Manuel le prodigaba, creía en él y le adoraba, maldiciéndose a si misma, por imaginar que aquel hombre fuese capaz de algo malo; pero cuando a solas por la noche besaba el retrato de su madre, o cuando a la mañana se veía en el espejo, sentía nuevamente el alma invadida de temores; erguíase en su pensamiento la resistencia invencible al matrimonio, y en garantía de felicidad ansiaba ser amada como no lo fue su madre, como acaso no lo fue mujer alguna, con una pasión despojada de todo sensualismo, con afecto ideal, tan puro y limpio de deseos, que ni la posesión lograra mancillarlo ni el hastío destruirlo.

Es un pequeño golfo que profundiza unas 27 millas al N. en la costa S. de Mindanao, comprendido entre la punta de Flechas y la punta de Tapian, distantes 40 millas entre . A su parte NO. encierra las sucias ensenadas de Dinas y Pagadián, y en la del SE. se halla el puerto de Pollok y desagua el río Grande de Mindanao.

¡Ah! perdone usted la dije, me he equivocado... buscaba... dispénseme usted... a los pies de usted. ¡Buscaba usted a Amparo! me dijo. ... en efecto, una joven... Que encontró usted hace seis años a media noche en la calle... Y los ojos de la joven se llenaron de lágrimas... ¡Amparo! exclamé, reconociéndola al fin.

Es un reptil que si le arrojamos de nuestro pecho, se arrastra y enrosca á nuestros pies; y cuando pisamos un extremo de su flexible cuerpo, se vuelve y nos hiere con emponzoñada picadura. Necesidad de una lucha continua.

Cuando Zorraquín oyó el piafar de los caballos, no supo lo que por pasaba y un sudor se le iba y otro se le venía, mientras D. Carlos Garrote, charla que charla, no se contentaba con hablar de y de su conciencia, sino que se entraba en ciertos laberintos de teologías.

Si á todas estas dotes hubiera añadido un buen juicio, y una constante aplicacion en instruirse con el estudio, hubiera podido igualarse con los mas aventajados Filósofos de la antigüedad. Sus escritos principales son: las Meditaciones, la disertacion del Método, el tratado de las Pasiones, y los Principios de la Filosofía.

Tropezó este último en la fuente de la Cibeles y oyóse el ruido del agua cual si hubiese caído dentro; levantóse, sin embargo, al punto, y su veloz carrera púsole bien pronto al abrigo de las tinieblas.

Cuando rompió á hablar, lo primero que hizo fué preguntar por doña Paulita, y también por Clara, empleando algunas discretas reticencias. Después dijo: Pues yo venía á decir á ustedes si quieren honrar con su presencia la función que la Hermandad de la Pasión y Muerte celebra mañana en la iglesia de Maravillas. Yo soy el secretario de la Cofradía, y gracias á se ha arreglado la fiesta.

Aquí no podemos ir más que dos añadió . Esto no resiste más; uno que reme y otro que vaya achicando el agua y teniendo cuidado de que no se abra el boquete. ¿Quién de vosotros va a venir? Dilo contestó Zelayeta, no muy entusiasmado. Bueno; que venga Shanti. ¿Dónde está el achicador? Debe estar en el bote, si no se ha ido al agua le dije yo. Sin achicador no podemos hacer nada murmuró Recalde.