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Por algún tiempo no más.... No me hallo todavía en situación de prescindir de mi familia... cuando alcance una graduación superior y pueda vivir con el sueldo.... ¿No eres ya capitán? Graduado, pero la efectividad.... En fin, te lo repito, hazte cargo; en las circunstancias por que atravieso no cabe una determinación semejante. Sería menester estar loco.

Los tres permanecieron en silencio. Era el regimiento, era Juan quien pasaba. Los sonidos disminuyeron, hasta extinguirse, y Bettina continuó: No, no es seguro, aunque él me ama mucho, y sin conocerme bien. Yo pienso que merezco ser amada de otra manera, pienso que si me conociera mejor, no le causaría un terror semejante, por esto os pido permiso para hablarle esta noche, libre y francamente.

Este exquisito estado moral, durante el cual el alma vive en una especie de somnolencia, en una tranquilidad soñadora semejante al sueño, a pesar de que está bien despierta, me ha dejado un dulcísimo recuerdo.

Por eso había que vivir alerta. ¡Semejante mequetrefe, ignorantón y atrevido!

Hablaba español la dueña de la tienda, semejante en esto a la mayoría de los comerciantes de Bayona; y al pedirle Lucía dos juegos de ropa blanca, aprovechó sus conocimientos en la lengua de Cervantes para tratar de embarcarla en más compras.

Hallábanse los agujeros bastante bajos por estar disimulados, en el lado opuesto, entre el bordado del escudo, y hacíase preciso, para observar por ellos, ponerse en cuclillas, posición harto molesta, muy semejante, por no citar otras, a la que usan los salvajes de Ohio para deliberar en el Consejo.

¡Cosas horribles! murmuró el almadreñero cada vez más asombrado, pues nunca había visto a la labradora en semejante estado ; ¿pero qué, Catalina?... Hable usted; ¿qué decía? ¡Qué sueños he tenido! ¿Sueños?... Por lo visto, usted quiere reírse de . No.

Nada; no digamos semejante blasfemia, pero reconozcamos que hay sobrado desprecio por lo nacional é inclinación decidida y admiración exagerada hacia lo extranjero.

Señores dijo en voz baja a don Álvaro y a Orgaz conste que protesto, y que obedezco a fuerza mayor, a la fuerza de la borrachera de ustedes, al permanecer en semejante sitio. ¡Bien, hombre, bien! Conste que esto no es una abdicación.... No... qué ha de ser... abdicación.... Ni una profanación.

A no ser por semejante desgracia, acaso hubiera tenido carrera: los Moscosos conservaban, desde el abuelo afrancesado, enciclopedista y francmasón que se permitía leer al señor de Voltaire, cierta tradición de cultura trasañeja, medio extinguida ya, pero suficiente todavía para empujar a un Moscoso a los bancos del aula.