United States or Saint Barthélemy ? Vote for the TOP Country of the Week !


A ver, mamá, déjame ver... dijo Carlitos con mucho afán. Su mamá le puso el estereoscopio delante. Son cocodrilos manifestó enseguida el niño con suficiencia. Pertenecen a la clase de los reptiles, orden de los saurios, familia de los crocodílidos. ¡Mucho, mucho, chico! manifestó el coronel con la misma sorna. Todos los animales se dividen en cinco tipos... ¿Nada mas?

Cuando son pequeños les taladran la ternilla de las fosas nasales, pasándoles un cordel que hace luego el oficio de riendas para guiar el animal. Cuando se encuentra en estado salvaje en el monte es fiero y temible por su extremada ferocidad. El carabao se emplea para vadear los ríos, y de este modo librarse de las asechanzas de los terribles saurios.

Procurad darles en el cuello, si queréis que nos veamos libres de sus tremendas mandíbulas. Los cocodrilos llegaban, en efecto; pero no eran dos o tres, sino una verdadera banda; treinta, cuarenta o quizá más. ¿Cómo se habían reunido allí tantos saurios, cuando los náufragos no habían visto ni uno siquiera durante el día? ¿Venían de alguna gran charca o de algún lago que hubiera cerca del río?

Entraban por la boca de las galerías, siendo entonces perfecta su semejanza con los resbaladizos habitantes de las húmedas grietas, y cuando en las oscuridades del túnel relinchaba la indócil mula, creeríase que los saurios disputaban chillando. Allá en lo último, en las más remotas cañadas, centenares de hombres golpeaban con picos la tierra para arrancarle, pedazo a pedazo, su tesoro.

Los náufragos comenzaron otra vez el fuego, para obligar a los saurios a volverse al río; pero los terribles anfibios parecían dispuestos a renovar su acometida. No perdáis golpe decía el Capitán . Si podemos resistir siquiera diez minutos, la chalupa dejará el banco. Ya está todo él cubierto de agua dijo Cornelio . La marea sube rápidamente.

Los voltáicos van vertiendo con sus ánforas de plata raudales diamantinos, y en la lámina del agua y en la breve escalinata, la luz blanca va escribiendo mil ensueños peregrinos, mil curiosas historietas de mundanas e inocentes, de galanes y poetas, y de flores, y de flores que vibraron entre ráfagas inquietas de los cierzos destructores, y murieron en un vértigo de amores, reposando todas, todas, al igual de las gloriosas, las espléndidas pagodas, que se aduermen, que están quietas como saurios gigantescos, cual quelónidos fosfóricos que han plegado sus aletas desgarradas en las puntas de los bancos madrepóricos. .................................................. Está lleno el gran palacio.

¡A los remos, Horn! exclamó el Capitán, descargando su fusil en medio de la banda de cocodrilos. El piloto, el chino y Hans se pusieron a remar desesperadamente dirigiendo la chalupa hacia la orilla izquierda, mientras Cornelio y el Capitán, por medio de frecuentes disparos, mantenían lejos a los saurios, los cuales no parecían ya muy dispuestos a seguir atacando.

Hacen las posturas de sus huevos en la arena de la playa, ocasión que aprovechan los naturales para poderlos coger con suma facilidad, volcándolos con las patas hacia arriba. A la vez se aprovechan de los huevos, que son un rico manjar. Los saurios son abundantísimos, tanto en el mar como en los ríos, esteros y lagunas.

Aquellos formidables saurios, creyendo que hasta la chalupa era una presa propia para tragársela, se atropellaban unos a otros para llegar primero. Sus hálitos, calientes y fétidos, llegaban hasta los desgraciados náufragos. Estos, aunque aterrorizados, no perdieron la calma.

Aún en noviembre, cuando tenía ya en jaque a todas las ratas de la casa, su gran encanto eran los saurios. Los peones que por a o b llegaban a la siesta, admiraron siempre la obstinación del perro, resoplando en cuevitas bajo un sol de fuego, si bien la admiración de aquellos no pasaba del cuadro de caza.