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Se le hicieron numerosas preguntas, pero no quiso satisfacerlas. Ya diría más adelante lo que le había pasado. Lleváronla á casa y se acostó y estuvo dos días enferma. Manifestó á su madre que se había caído casualmente por el respiradero abierto en el castañar y cuya existencia ignoraban todos. No dijo una palabra de Plutón. Creía haberle matado y esta idea la llenaba de terror.

Dice la historia que era grandísima la atención con que don Quijote escuchaba al astroso Caballero de la Sierra, el cual, prosiguiendo su plática, dijo: -Por cierto, señor, quienquiera que seáis, que yo no os conozco, yo os agradezco las muestras y la cortesía que conmigo habéis usado; y quisiera yo hallarme en términos que con más que la voluntad pudiera servir la que habéis mostrado tenerme en el buen acogimiento que me habéis hecho, mas no quiere mi suerte darme otra cosa con que corresponda a las buenas obras que me hacen, que buenos deseos de satisfacerlas.

La memoria reanima en mi los sentimientos propios de los pocos anos, que hacen olvidarnos de la muerte. iO! haceos oir todavia, cantos celestes; la tierra me ha reconquistado." "Este momento de exaltaciones pasagero: Faust tiene un caracter inconstante, las pasiones mundanas vuelven a apoderarse de su corazon, busca el modo de satisfacerlas, y desea el entregarse a ellas.

Don Pedro oye de nuevo sus quejas, le promete satisfacerlas, y expresa al mismo tiempo su admiración de que Don Rodrigo no se haya vengado personalmente del raptor de su novia. Doña Leonor acude también al Rey, que le promete asimismo pronta justicia. Don Tello ha venido, mientras tanto, con numeroso séquito.

Pido perdón por esta audacia, tratándose de una opinión del más grande de los naturalistas; pero el sentido común tiene exigencias y es necesario satisfacerlas.

Harto sabemos que hay pobres y ricos; peste, hambre y miseria; que tarde o temprano todos nos hemos de morir; que la sociedad pudiera estar mejor organizada; que hay más hambre que pan y más frío que capas, y más enfermedades que remedios, y más necesidades que recursos para satisfacerlas; pero la existencia de tanto mal no disculpa ni justifica el que produzcamos otro mal, que para nada nos vale, atormentándonos con lamentos y quejas y esmerándonos en las más prolijas y menudas descripciones de todos los vicios, podredumbres, crímenes, infamias y desventuras que hay sobre la tierra.

En seguida, el deseo de satisfacerlas, determinará necesariamente los esfuerzos del trabajo, con el que se han de proporcionar los medios.