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Quedar soltera, ocultando su deshonra, con el triste consuelo de no haber engañado a Rafael, podía satisfacerla. ¿Pero y él, que era su hermano? ¿Cómo podría vivir, viendo a todas horas a Luis Dupont, sin exigirle una reparación por su ultraje, pensando que el señorito se reía interiormente de su hazaña, al encararse con él?... A callar, Mariquita dijo con dureza. A callar, y ser obediente.

Toda la vida había sido, en achaque de mujeres, ardiente, voraz. En vez de corregirse con los años, esta afición fué creciendo hasta dar en una manía repugnante. Era notoria en Madrid. Sabíase que para satisfacerla, después que había llegado a la opulencia, tuvo mil extraños caprichos que pagó con enormes caudales.

En dándole dinero abundante para satisfacerla, ya todo le era igual... Pero vamos al caso: sea Simón lo que fuere y valiendo lo que vale como inteligente administrador, no basta él para lo que hay que hacer aquí; porque ese milagro no ha de hacerse sólo con inteligencia, sino también con buenos puntales y con cierto interés... En una palabra, hija mía: en esta casa se necesita un hombre, rico, muy rico, que reemplace, no a Simón, sino a tu padre, en la dirección de ella... ¿Me comprendes bien?

Pronto la mente de la señora con rápido giro de veleta tornó a la idea de la herencia, y a ella se agarró, dejando lo demás en el olvido; y observando el presbítero su ansiedad de informes, se apresuró a satisfacerla. Pues ya sabrá usted que el pobre Rafael pasó a mejor vida el 11 de Febrero... No lo sabía, no, señor. Dios le haya dado su descanso... ¡ay! Era un santo.

Tan poca y breve ocupación dejaba a Lázaro todo el día libre; de modo que siendo grande su curiosidad por conocer el nuevo centro en que vivía, y fáciles los medios de satisfacerla, pronto empezó a observar y pensar sobre cuanto veía, desentrañándolo y analizándolo todo.

Continuaba rugiendo en su cabeza el ansia de destrucción, y para satisfacerla se metió con la hoz en la mano en aquellos campos que habían sido sus verdugos. ¡Ahora las pagaría todas juntas la tierra ingrata causa de sus desdichas! Horas enteras duró la devastación.

Juan se resistió a satisfacerla, alegando razones diversas. «No me marees, hija... Ya te he dicho que quiero olvidar eso...». Pero el nombre, nene, el nombre nada más. ¿Qué te cuesta abrir la boca un segundo?... No creas que te voy a reñir, tontín.

No; no, señora: y si os lo revelo á vos, es porque su majestad la reina... ¡La reina!... Ya que se ha dignado favorecer á mi sobrino... á don Juan Girón, quiero decir... debe satisfacerla que alienta en sus venas la generosa sangre de los Girones.

He suprimido la introducción como inútil, y los dos capítulos últimos como ociosos hoy, recordando una indicación de usted en 1846 en Montevideo, en que me insinuaba que el libro estaba terminado en la muerte de Quiroga . Tengo una ambición literaria, mi caro amigo, y a satisfacerla consagro muchas vigilias, investigaciones prolijas y estudios meditados.

Pero entónces se puede preguntar, ¿quién conoció esta necesidad, quién discurrió los medios de satisfacerla, quién excogitó un sistema tan á propósito para enfrenar y regir á los hombres? y una vez hecho el descubrimiento, ¿quién tuvo en su mano todos los entendimientos y todos los corazones, para comunicarles esas ideas y sentimientos que han hecho de la religion una verdadera necesidad, y, por decirlo así, una segunda naturaleza?