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Juan Odón Cortés, Soltero, hijo de Pedro Onofre Cortés de Guillermo, alias Moxina, y de Margarita Martí, difunta, negociante de oficio, natural y vecino de esta Ciudad, de edad de veinte y tres años, fue preso por judaizante. Salió al Auto en forma de penitente con sambenito de dos aspas y vela verde en las manos.

Salió en forma de penitente con sambenito de dos aspas, con coroza, e insignias de sus crímenes y vela verde en las manos.

Juana Miró, mujer de Pedro Onofre Cortés de Guillermo, alias Moxina, de oficio cobrador de deudas, natural de la Villa de Muro en este Reino, vecina de esta Ciudad, de edad de veinte y ocho años, fue presa por judaizante. Salió al Auto en forma de penitente con su sambenito de dos aspas y vela verde en las manos.

Salió en forma de penitente con sambenito de dos aspas, y vela verde en las manos. Leyósele la sentencia con méritos, abjuró formalmente sus errores, fue reconciliado en forma, advertido, reprendido y conminado; condenado a dos años de hábito y cárcel, y confiscación de bienes.

Leonor Cortés, Doncella, hija de Agustín Cortés, mayor, difunto, mercante de oficio y de Mariana Moyá, su mujer, natural y vecina de esta Ciudad, de edad de veinte y dos años, fue presa por delito de judaismo. Salió en forma de penitente con su sambenito y vela verde en las manos.

Confieso que estaba sobrecogida de horror de ver quemar á los dos Judíos, y al honrado Vizcayno casado con su comadre; pero ¡qué asombro, qué confusión y qué susto fué el mio quando vi con un sambenito y una coroza una cara parecida á la de Panglós! Estreguéme los ojos, miré con atencion, le vi ahorcar, y me tomó un desmayo.

No hay en el mundo escuela alguna poética, ni de otro ningún género de arte, que se haya atrevido nunca a cargar con el sambenito de proclamar como dogma el desprecio del mundo objetivo, o exterior, o real, o como quiera llamarse.

Y que ella está enamorada, y celosa, y rabiando por que vos la pidáis la mano, no me lo digáis a , que en esto de amores soy yo maestra. Y si doña Guiomar no os quisiere, y para nada menos que para marido, que me lleven por esas calles hasta las cuatro estatuas de la Tablada con coroza y sambenito, y que allí me quemen viva.

¡Ah, señor mío! -dijo a esta sazón la sobrina-; advierta vuestra merced que todo eso que dice de los caballeros andantes es fábula y mentira, y sus historias, ya que no las quemasen, merecían que a cada una se le echase un sambenito, o alguna señal en que fuese conocida por infame y por gastadora de las buenas costumbres.

Y en efecto, el día 13 de Octubre de 1596 salió en auto público de fe, con sambenito y coroza, sin que por el camino, desde las cárceles á San Pablo, y de allí al Quemadero, diese muestras de abatirse su espíritu ni hacer caso alguno de las exhortaciones que frailes é inquisidores le dirigieron repetidas veces.