United States or Bouvet Island ? Vote for the TOP Country of the Week !


Al poner el pie en la acera, respiró Currita algo más desahogada y atrevióse a mirar a un lado y otro; todo parecía solitario, y tan sólo por la calle del Almirante vio a un hombre que marchaba a lo lejos, con las manos en los bolsillos, silbando la marcha de Pan y Toros.

Ya le mostraré a usted los cálculos que tengo hechos, no sólo para aumentar hasta un extremo fabuloso el calibre de las piezas de Artillería, sino para construir placas de resistencia que defiendan los barcos y los castillos. Es el pensamiento de toda mi vida». A todas éstas habían concluido de comer.

Si alguna vez se le ocurría ganar, la condesa le hacía pagar cara la victoria, dirigiéndole una granizada de bromas que cualquier tomaría por insolencias: pero Mendoza sonreía tan candorosamente y daba pruebas tan patentes de que sólo la suerte había ocasionado la derrota de la dama, que ésta concluía por reírse también. En poco tiempo conquistó la simpatía y hasta el afecto de los esposos.

NARV. Todo hombre esté atento y surto, Que apenas nos oiga el viento, Con tan poco movimiento, Como el lobo cuando al hurto Camina solo y atento; Que si en los montes o llanos De los ganados cercanos Hace en las piedras ruído Con las manos, de corrido Se muerde las mismas manos.

¿Solo? me observó vivamente. le dije mirándola con fijeza. ¡No! me contestó ella con indiferencia... ¿quiere ser mi amigo? ¿Quiere guardarme una confianza?... Yo soy una mujer rara, extraña. Yo no he amado nunca y no si lo que he sentido alguna vez, puede llamarse amor; pero jamás, aun amando mucho, me casaría nunca con un hombre pobre. Tengo horror, miedo, por la pobreza...

De tiempo en tiempo, volvía el rostro a la ciudad, ya sólo se distinguía sobre el lejano límite de las praderas, la línea un poco oscura de sus bulevares y las extremidades de sus campanarios.

Tranquilícese, sólo volveré cuando me necesite... cuando me llame... Adiós, Judit... adiós, hija mía. Y salió acto seguido, dejando a la pobre joven confusa y presa de una emoción que ella no conocía y que en vano hubiera intentado explicarse.

Previamente estoy convencido de que ni yo lograré traerle á mi opinión ni él logrará llevarme á la suya. Disputando, sólo conseguiríamos fatigar al público con nuestra disputa.

Ahora ya no habían arrieros gananciosos que dedicasen unas cuantas docenas de onzas de oro al viaje del Niño Jesús y de sus devotos. Los más ricos se habían ido del pueblecillo; sólo quedaban arrieros pobres, de los que aceptan un viaje á El Paposo en Chile ó á Tarija en Bolivia por lo que quieren darles los comerciantes de Salta.

Los miles de ojos femeniles sombreados por mantillas blancas en palcos y barreras sólo se fijaban en su persona, no le cabía duda.